Salud

«Tener una cardiopatía congénita no impide convertirse en madre»

Entrevista al doctor Fernando Villagrá, jefe de la Unidad de Cardiopatías Congénitas y Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe de Madrid

Jefe de la Unidad de Cardiopatías Congénitas y Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe de Madrid
Jefe de la Unidad de Cardiopatías Congénitas y Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe de MadridlarazonConnie G. Santos

Las cardiopatías congénitas afectan a ocho de cada mil niños nacidos anualmente en nuestro país, una cifra que equivale a unos 5.000 nuevos afectados al año, la mayoría de ellas leves que acaban desapareciendo con el tiempo. Sin embargo, alrededor de 2.000 menores necesitan ser intervenidos quirúrgicamente con una tasa de éxito superior al 90%, lo que les permite llegar con una salud de hierro a la edad adulta, aunque les obliga a mantener un control periódico.

Consciente de ello, Fernando Villagrá, jefe de la Unidad de Cardiopatías Congénitas y Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario HM Montepríncipe de Madrid, adscrito al Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares HM CIEC, que ha incorporado una especialidad orientada a las cardiópatas que quieren ser mamás.

-¿Por qué nace la Unidad de Gestantes con Cardiopatía?

-Ante el deseo de ser madres, las mujeres con cardiopatías congénitas se plantean esta etapa con miedo y con mucho desconocimiento, porque presentan factores de riesgo que pueden complicar la situación, pero que no convierten la maternidad en algo incompatible. Por eso, era necesario crear una unidad especializada que diera respuesta a estas necesidades.

-¿Se trata de una unidad pionera?

-Sí, en España es un concepto nuevo en hospitales privados, aunque sí existe esta idea en entidades públicas, pero no desarrollada del mismo modo. Nuestro objetivo es ofrecer un servicio más completo de atención integral a las pacientes, por eso esta unidad cuenta con un equipo multidisciplinar.

-¿Cómo funciona?

-Hemos desarrollado un protocolo previo que permite simultanear las consultas y coordinar las agendas de todos los especialistas implicados en el control gestacional de estas mujeres. Al menos tres veces durante el embarazo nos reunimos simultáneamente todos los especialistas para informar y atender a la mujer.

-¿A qué riesgos de salud se enfrenta una mujer con cardiopatía congénita que quiera convertirse en mamá?

-Los peligros en este tipo de embarazos son diversos, según el grado de cardiopatía congénita de la madre. Lo más importante es explicar con honestidad los riesgos reales a la mujer y ser objetivos. Se trata de un doble trance para la madre y el feto, porque existe el riesgo de que el bebé nazca con cardiopatía congénita, aunque hay que resaltar que la gran mayoría nace sano. Por otro lado, el sobreesfuerzo que implica el embarazo y, sobre todo, el parto hace que aumente el peligro de insuficiencia cardiaca, porque el corazón debe incrementar su bombeo un 50% y no siempre puede. Además, otros problemas a los que se enfrenta la mujer es la aparición de hipertensión, arritmias y trombo-embolismo.

-¿Qué porcentaje de posibilidades hay de que su bebé nazca con cardiopatías congénitas?

-Es una duda de las más habituales entre las futuras mamás, pero lo cierto es que, como norma general, no supera el 7%, por lo que podemos decir que la inmensa mayoría no se heredan. A pesar de ello, en el equipo multidisciplinar también hay genetistas que nos permiten diagnosticar a tiempo esas posibles incidencias hereditarias.

-¿Qué tipo de controles se realizan?

-La clave reside en estrechar la vigilancia tal y como nos marca el protocolo. En general, con una cardiopatía leve la paciente puede llevar un embarazo prácticamente similar al de cualquier mujer. En el resto de grados se añaden revisiones más habituales que pueden ser cada quince días o cada mes, incrementando la vigilancia a partir de la semana 34 de gestación. Siempre se intenta que el parto sea vaginal y, en la medida de lo posible, se programa para controlar la medicación previa que tome la mujer y porque es preferible que el equipo médico controle los tiempos. Pero todo está reglado y coordinado gracias al nuevo protocolo.

-¿A qué retos se enfrentan actualmente los especialistas en cardiopatías congénitas?

-El mayor desafío es el de enfrentarnos a corazones con cardiopatías congénitas en los que, con el paso de los años, aparecen otro tipo de patologías propias de la edad. La etapa infantil es la más severa porque implica operaciones y controles muy estrictos, pero cuando el problema inicial se soluciona esos niños crecen y quedan en tierra de nadie. Queremos dar una continuidad al control de esos pacientes con la participación simultánea de especialistas en cardiopatías infantiles y expertos en cardiología en la edad adulta que lleven una vigilancia preventiva de esos pacientes. Esto es algo pionero que actualmente no existe en nuestro país.