Covid-19

¿Cómo afecta la Covid-19 a nuestra salud reproductiva?

La pandemia puede tener un efecto negativo en la capacidad reproductiva tanto de manera directa, en los propios órganos, como por la ansiedad causada por las condiciones del confinamiento. Las relaciones sexuales no están exentas de contagio, pero si los procesos de reproducción asistida mediante micro inyección del espermatozoide en el citoplasma del óvulo (ICSI).

El tiempo ideal para volver a quedarse embarazada es de 18 meses desde el alumbramiento | Fuente: Clínica Margen
El tiempo ideal para volver a quedarse embarazada es de 18 meses desde el alumbramiento | Fuente: Clínica MargenClinica Margen

Se sabe que ni los óvulos ni los espermatozoides son vulnerables al coronavirus. Sin embargo, las relaciones sexuales no están exentas del contagio, ya que el líquido seminal contiene otras células, además de los espermatozoides, que si pueden ser atacadas por el virus. En cuanto a la fertilidad, según un estudio reciente, la pandemia puede tener un efecto negativo en la capacidad reproductiva de hombres y mujeres, tanto de manera directa, en los órganos reproductores, como indirecta, debido a la ansiedad causada por las condiciones de confinamiento y, sobre todo, por algunos tratamientos antivirales.

En el caso de los hombres, aunque el virus no pueda atacar a los espermatozoides, las moléculas de la enzima que ayuda a la Covid-19 a infectar células sanas (la ECA2: enzima convertidora de angiotensina tipo 2), están presentes en otros tipos de células testiculares, que fomentan el desarrollo y la maduración de los espermatozoides. Por ello, su infección puede afectar indirectamente la cantidad y la calidad de los espermatozoides de los testículos. Es por esto que algunos expertos en fertilidad aconsejan a los hombres jóvenes afectados por el virus hacerse un espermiograma y evaluar la integridad del ADN de sus espermatozoides y, en caso de un deterioro progresivo, congelar el esperma antes de que se produzcan daños más importantes.

Hay evidencia de la presencia de daños testiculares en la epidemia precedente con el virus SARS, íntimamente relacionado con el virus COVID-19. Sin embargo, no se detectó ningún deterioro importante de la función reproductiva de la mujer.

El virus en las relaciones sexuales

Aunque se sabe que las moléculas ECA2 están presentes en células de los conductos nasales, del intestino, de los riñones, de la vejiga y del corazón, todas ellas potenciales vías alternativas de la entrada del virus en el organismo, la transmisión del hombre a la mujer en el acto sexual no se puede excluir. De hecho, un estudio reciente ha detectado la presencia del virus COVID-19 en el eyaculado de algunos hombres afectados por la enfermedad. Se debe a que este contiene otros tipos de células, además de los espermatozoides, que pueden, en teoría, transmitir el virus, aunque no se ha documentado aún ningún caso real de transmisión sexual.

Otras causas: estrés crónico y medicamentos

Las consecuencias del estado de pánico provocado tanto por el miedo de enfermar como por ver peligrar el futuro económico y laboral, afectan de un modo importante a la fertilidad. El estrés crónico causado por la pandemia perturba el eje hormonal regulativo entre el hipotálamo, la glándula pituitaria y las glándulas suprarrenales, con posibles daños en los espermatozoides y los óvulos.

Por otro lado, algunos agentes terapéuticos antivirales, como remdesivir, ribavirin, lopinavir/ritonavir, cloroquina y hidroxicloroquina, producen varios efectos adversos en los espermatozoides. “Hasta ahora, ninguno de estos medicamentos ha mostrado eficacia contra el virus, a pesar de los muchos estudios prospectivos en marcha. Independientemente de su eficacia, la mayoría son más o menos tóxicos para varios sistemas del organismo humano, incluyendo el reproductor,” explica Jan Tesarik, director de la clínica MARGen de Granada. “En esta situación sería recomendable extender los ensayos clínicos a medicamentos que han demostrado efectos positivos en epidemias previas con virus de la misma familia que el COVID-19, como la melatonina, que no tiene toxicidad ninguna y posee varios efectos protectores en humanos, incluyendo la prevención de diferentes tipos de cáncer”, añade.

Reproducción asistida

En este contexto poco favorable a la fertilidad, la reproducción asistida mediante micro inyección del espermatozoide en el óvulo (ICSI) parece ser la opción más segura, según afirma un estudio publicado en la revista Reproductive Biomedicine Online por el citado experto. El motivo es que “ni los espermatozoides ni los óvulos poseen los componentes que pueden ser utilizados por el virus como puerta de entrada (las citadas moléculas de la enzima ECA2)”, señala."Su ausencia -añade- excluye la transmisión del COVID-19 en la fecundación in vitro de tipo ICSI, una conclusión confirmada empíricamente por la ausencia de la transmisión vertical (de los padres a los hijos) de la enfermedad”. Además,“la ventaja de la ICSI es que todas las células, que no sean el espermatozoide por inyectar, se eliminan, y la transmisión es imposible".

Una visión optimista y constructiva para el sector de la reproducción asistida, que ha vivido un importante “frenazo” en los últimos dos meses. Según datos del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), más de 4.000 tratamientos habían quedado en stand by antes de que comenzara la desescalada, lo que resultaba especialmente grave para tres grupos de pacientes: las oncológicas, las mujeres con baja respuesta ovárica o con algún tipo de patología como, por ejemplo, la endometriosis;y las mujeres de edad avanzada.