El punto

Vino y cerveza le amargan la semana a Sanidad

Vinoteca Grand Sommelier de Cecotec
Vinoteca Grand Sommelier de CecotecFREEPIK

La cruzada lanzada por el Gobierno en favor de una alimentación saludable no afectará, de momento, al vino o a la cerveza. El pasado miércoles, las autonomías forzaron al Ministerio de Sanidad a retirar de la estrategia de salud cardiovascular la alusión al alcoholen un punto que ha desatado una tormenta mediática, tras su publicación en exclusiva por LA RAZÓN.

Sanidad abogaba en concreto por «colaborar con establecimientos de restauración para promover la dieta mediterránea como modelo de alimentación cardiosaludable, sin incluir en ella el consumo de alcohol». En otras palabras: el Ministerio promovía su fin, como tituló este periódico.

Tras el enfado de la mayor parte de las comunidades, varias de ellas gobernadas por el propio PSOE, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tuvo que dar finalmente su brazo a torcer: la dieta mediterránea será el modelo al que los bares tendrán que tender. Eso no cambia. Sin embargo, del alcohol, ni palabra ya en el polémico punto 14.

Llamativo es que el mismo día en el que se desataba la pugna dialéctica en el máximo órgano de coordinación sanitaria autonómica, la cafetería del propio Ministerio ofreciera en su menú de siete euros para los funcionarios de la casa y de ocho para las personas de fuera tres primeros, tres segundos y los consabidos cerveza, vino, casera, agua y refresco. O no había calado aún el mensaje o la ley seca que buscaba difundirse no tenía cabida en la sede ministerial.

Técnicamente, la estrategia elaborada por las autoridades es correcta y rigurosa, aunque adolece de cierta concreción. A uno le cabe la duda de si no habría también que actuar contra la subida de impuestos o de la luz para evitar dolencias cardiacas. Tal vez sea más dañina para los corazones que el vino o la cerveza.