Medicina estética

Menos del 60% de pacientes pregunta si el centro estético es legal

Únicamente el 15% de los usuarios rechazó someterse a un tratamiento porque la clínica no tenía licencia sanitaria

Una mujer se somete a una mesoterapia facial con ácido hialurónico
Una mujer se somete a una mesoterapia facial con ácido hialurónicoDreamstimeDreamstime

Los tratamientos de medicina estética deben estar dirigidos exclusivamente por médicos, ya que no están ausentes de riesgos. Las inyecciones de bótox y ácido hialurónico y la aplicación del láser y la radiofrecuencia en manos no cualificadas pueden producir daños graves como quemaduras o problemas de pigmentación de la piel debido a los láseres, necrosis cutánea por productos mal inyectados, deformidades severas a causa de los tratamientos inyectables, además de la aparición de cataratas o la paralización de nervios faciales, etcétera.

Sin embargo, el paciente no suele ser consciente de estos riesgos, como explica la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).

En este sentido, es importante concienciar al paciente, ya que el problema no es tanto si la persona puede aplicar o no un determinado producto, sino qué tipo de respuesta tienen en caso de complicación. Y aquí la rapidez puede resultar vital.

Las redes sociales, sobre todo Instagram, son el medio que más utilizan los centros no autorizados y los profesionales no capacitados. Aunque también pueden resultar de gran ayuda para luchar contra el intrusismo.

En todo caso, tanto si se contacta por esta vía como de forma tradicional, lo importante no es fijarse en si el trabajador lleva o no bata, sino en cerciorarse en primer lugar de que el médico dispone de la acreditación pertinente que lo habilita para la realización de tratamientos médico estéticos. Es decir, que está técnicamente preparado y que las sustancias que utiliza cumplen la normativa que exige la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).

Desde la SEME se insiste en que los pacientes han de preguntar y comprobar si el centro es una clínica sanitaria U.48 antes de hacerse ningún tratamiento. Se llama así a las unidades asistenciales en la que un médico es responsable de realizar tratamientos no quirúrgicos, con finalidad de mejora estética corporal o facial.

Sin embargo, y según el «Estudio dimensionamiento e impacto socioeconómico de la Medicina Estética en España», elaborado por Hamilton para SEME, únicamente el 57,8% de los pacientes preguntó si la clínica sanitaria estaba autorizada por el Ministerio de Sanidad para ejercer la Medicina Estética antes de someterse a un tratamiento. Una pregunta, por cierto, que hacían mucho más los hombres que las mujeres que se fían más del «boca a boca».

En concreto, el 44,6% de los pacientes lo preguntó en caso de tratamiento corporal, así como un 54,9% de los usuarios que se iban a someter a una terapia facial y un 59,2% en caso de servicios capilares.

Los más preocupados por si el centro tenía licencia sanitaria son los usuarios que se realizan tratamientos «antiaging» que lo preguntan en un 72,5% de los casos. Y son también los que más piden el número colegial a la persona que le realizará el tratamiento (aunque solo lo piden un 33% de ellos).

Y lo que es peor, únicamente el 15,1% de los usuarios no se sometió a un tratamiento porque el centro no tenía licencia. Son precisamente los hombres de 16 a 25 años los que más han dejado de realizarse un tratamiento porque el centro no tenía licencia.

Además, existe muy poca predisposición a denunciar por parte del paciente, pese a que basta con acudir a una comisaría. El motivo detrás es que suelen ser reticentes a iniciar procesos legales porque no están dispuestos a incurrir en los gastos de dinero y tiempo que el proceso implica y, por otro, evitan hacer público que se han realizado algún tratamiento de medicina estética. Lo habitual es que sea el médico estético el que lo denuncie cuando tiene conocimiento sobre ello.