Psicología Punk

«Es un libro de autoayuda para liberarte de ella»

Entrevista a Víctor Amat, autor de «Psicología Punk. Contra el pensamiento positivo y naif» (Editorial Vergara)

Víctor Amat, autor de "Psicología Punk"
Víctor Amat, autor de "Psicología Punk"Cedida por Editorial Vergara

¿No le funcionan los libros de autoayuda y está cansado de tanta frase hecha? Si ése es su caso vaya a una librería y compre «Psicología Punk». Si no le funciona, tírelo.

En su juventud, fue campeón europeo de kick boxing. ¿Qué tiene en común este deporte con la Psicología?

Para mí todo. Estudié Psicología tras mi carrera de deportista que me enseñó a anticipar las jugadas, a saber que la vida te propone retos y te da golpes y que hay que saberlos encajar. Luego, trabajando como psicoterapeuta durante 24 años me he dado cuenta de que se parece mucho. La vida nos plantea una lucha, un combate.

¿Cómo definiría «Psicología Punk»?

Es un libro de autoayuda para liberarte de ella. Intento luchar contra toda esta legión de personas que explican lo bonito que es la vida, lo positivo que hay que ser y la única manera de luchar es meterlos un troyano. Te explico. Vas a la librería, ves los libros de autoayuda y ves también la portada de mi libro y puedes liberarte y dejar de gastar dinero en libros que no te van a ayudar demasiado.

¿Cuál es el peor consejo que se puede dar a alguien que lo esté pasando mal?

«Ánimo, todo va a mejorar», «de esta saldremos más fuertes y mejores», «detrás de la crisis hay una oportunidad» o «si te caes siete veces, te levantas ocho». Eso significa no respetar cómo la persona se está sintiendo. En el fondo es banalizar su sufrimiento. Al principio hay que sostener el sufrimiento de esa persona: qué putada, siento que estés jodida, y luego ya animaremos. Pero no puedes animar al inicio porque es como si te quejaras de que el otro se queja. La autoayuda es como un valium, no me cuentes, lee esto y no sufras. Es como una compulsión por ayudar, pero en el fondo hay mucho egoísmo: no me cuentes tu vida.

¿Cuántos libros de autoayuda se ha leído?

Uf, no sé. Como dicen los ingleses: «Uncountable». El problema es que no sirven si la gente está muy mal, si está algo mal, sí. Por eso si en las primeras visitas me dicen que tienen ansiedad y que no les sirven los libros de autoayuda les digo que los tiren a la basura. A los que les sirva no vendrán a mi consulta.

A menudo uno sufre más por no querer sufrir que por lo que está ocurriendo. ¿Nos recreamos en la mierda?

Dios nos ha diseñado con un cerebro para ver lo malo. Hay personas para las que lo malo es como un imán y luego otras que miran menos lo malo. El problema surge cuando uno está acostumbrado a ver lo malo y el entorno le dice que no lo vea así. Ahí surge el sufrimiento, cuando piensas que si ves lo malo es porque eres gilipollas. El mayor error es creer que por pensar en negativo te va a suceder algo malo. Y no, pensar en lo malo es sobrevivir. Duele cuando piensas que no deberías ser así. Hay que enseñar a la gente qué hacer con ese pensamiento negativo. Otra cosa es que te paralice.

¿Nos juzgamos en exceso?

Claro, por diferentes razones. Una porque tendemos a compararnos con los demás y los demás nos devuelven la idea de que somos idiotas.

¿La sociedad es demasiado competitiva?

El libro es un alegato en contra la sociedad que nos circunda y que nos obliga a explotarnos, a poder con todo, a ser los mejores... Somos una sociedad dopada porque esta presión no se puede aguantar.

¿Se puede aprender a sufrir?

Sí, la verdadera ayuda es enseñar a la persona a sufrir lo que les toca.

¿Puede el hecho de permitirnos ser negativos hacernos ser felices?

Claro, si dejas de pelearte con uno mismo viene la paz. Soy bajito y calvo, hay que admitirlo y ver otras gracias.

En su libro no leeremos nada del tipo relájese, ¿verdad?

No. Al contrario, en el libro quiero que aprendas a preocuparte mejor porque si no te preocuparás y serás incapaz de relajarte. Al final en vez de arreglar una cosa la empeorarás.

En los cursos premamá dicen que hay que aprender a relajarse para parir. Cosas del mindfulness. Pero si uno no sabe hacerlo de normal como para hacerlo el día del parto. ¿Es pedir un imposible?

A mucha gente eso le va bien. Pero no a todo el mundo. Tienes que darte permiso a tener tensión. Un parto es incierto y lo normal es ir a parir con miedo. Es como comer un trozo de chocolate. Si te lo prohíben te tomarás toda la tableta.