Pacientes

Lizmar Castillo: «La policitemia vera es un cáncer con el que se puede convivir»

Desde los 26 años Lizmar sufre esta enfermedad que, por ahora, no tiene cura, pero «sin dejar que el miedo me paralice», confiesa

A pesar de su patología, Lizmar Castillo cumplió su sueño de ser madre hace un año
A pesar de su patología, Lizmar Castillo cumplió su sueño de ser madre hace un añoArchivoArchivo

Con apenas 26 años, cuando lo que tocaba era avanzar en una prometedora carrera profesional, viajar y crear una familia, Lizmar Castillo experimentó en primera persona la dura enseñanza de que la salud es lo primero, el eslabón más importante de toda una cadena que, si se resquebraja, hace tambalear los sueños y las ilusiones más sencillas del día a día. Fue entonces, en julio de 2019, cuando, tras sufrir una trombosis y pasar por varios médicos, Lizmar acabó en la consulta de Hematología y escuchó por primera vez las palabras de policitemia vera, un tipo de cáncer de la sangre muy poco frecuente y muy raro en jóvenes con el que ha tenido que aprender a convivir, ya que su pronóstico es crónico.

«Nunca había escuchado hablar de esta enfermedad. Yo me encontraba muy cansada desde hacía meses, a pesar de mi juventud. Tras sufrir un trombo, en un análisis de sangre comprobaron que había una mayor producción de glóbulos rojos y entonces me derivaron a Hematología. Cuando me dijeron que se trataba de un tipo de cáncer de la sangre, el mundo se me cayó encima. Fue un jarro de agua fría porque no piensas en que una patología así te pueda tocar a ti», confiesa Lizmar en nuestra sección «La ventana del paciente», impulsada por Novartis. «Hablar de cáncer me asustó», recuerda, «aunque desde el principio intenté restarle importancia porque me quedaron grabadas a fuego las palabras de mi hematóloga, que me aseguró que todo iba a salir bien y que podría llevar una vida muy normal siguiendo el tratamiento adecuado y cuidando mi estilo de vida y mi alimentación».

La doctora que inundó de esperanza a Lizmar fue Laura Fox, hematóloga del Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona, quien explica que «la policitemia vera es una enfermedad mieloproliferativa crónica de la médula ósea en la que la sangre adopta una textura más espesa debido a un crecimiento considerable de los glóbulos rojos, lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves como la obstrucción de venas y arterias en forma de trombos. De hecho, uno de cada cinco pacientes debuta con una trombosis en el momento del diagnóstico». La enfermedad puede permanecer latente y no dar la cara durante años, aunque también «aparecen síntomas muy inespecíficos, como cansancio, alteraciones de la vista, problemas de circulación o picores muy fuertes al ducharse con agua caliente, aunque no aparecen lesiones en la piel, solo picor», detalla la doctora Fox.

La circunstancia más compleja de esta enfermedad es que, por ahora, «no tiene cura y, por tanto, se trata de una patología crónica en la que todos nuestros esfuerzos se concentran en el tratamiento para evitar las complicaciones trombóticas y controlar los síntomas asociados a esta enfermedad. El objetivo es que el paciente pueda convivir con ella con normalidad, tal y como podría ocurrir, por ejemplo, con la diabetes».

Y este objetivo se logra, en la mayoría de los casos, con una elevada tasa de éxito. «Según los antecedentes de cada paciente, como por ejemplo haber sufrido un infarto o un problema trombótico previo, y la edad, se estima el riesgo de complicaciones trombóticas. En función de ello, si el riesgo es elevado, optamos un tratamiento farmacológico para controlar los glóbulos rojos y evitar un nuevo episodio de trombosis, lo que también nos puede ayudar a mejorar los síntomas como el cansancio o el picor. Y si el riesgo resulta bajo, se realizan flebotomías (extracciones de sangre) para controlar los glóbulos rojos en la sangre cada tres o seis meses, según la necesidad. Un aspecto fundamental del tratamiento es el control de los factores de riesgo cardiovascular, como la dislipemia, hipertensión, sobrepeso o el tabaquismo», detalla la doctora Fox.

La peculiaridad del caso de Lizmar reside, sobre todo, en su juventud, hasta el punto de que la aparición de la enfermedad le hizo frenar en seco su proyecto de vida. «Por aquel entonces mi ilusión era convertirme pronto en mamá, pero tuve que aplazar esta idea hasta tener la enfermedad controlada. Aunque tuve momentos de miedo, enseguida comprobé que mi cuerpo reaccionaba muy bien al tratamiento y no me impedía seguir con mi vida cotidiana. Por suerte, después de un año de tratamiento y con el consejo de mi hematóloga, me cambiaron la mediación para que pudiera quedarme embarazada. Fue una gestación muy controlada, pero a día de hoy ya disfruto de mi niña y he cumplido mi sueño», relata Lizmar.

A pesar de las dificultades, el futuro resulta prometedor, ya que, tal y como asegura la doctora Fox, «se está investigando mucho sobre esta enfermedad y hay varios ensayos clínicos en marcha con pacientes que confiamos en que muy pronto van a dar lugar a grandes oportunidades a través de nuevos fármacos más efectivos». Un deseo que también comparte Lizmar, quien hace hincapié en que «no hay que rendirse, sino aprender a convivir con ello con normalidad para disfrutar del día a día sin que la enfermedad se convierta en una losa que limite nuestra vida».

Claves de la enfermedad

►La policitemia vera es un tipo de cáncer hematológico de carácter crónico que está considerado como una enfermedad rara porque se estima que existen entre cuatro y seis casos por millón de habitantes.

►La médula ósea produce demasiada cantidad de glóbulos rojos, lo que espesa la sangre y reduce el flujo sanguíneo, aumentando así el riesgo de sufrir graves problemas de coagulación en forma de trombos.

►Habitualmente se diagnostica a partir de los 60-70 años de edad y su aparición en personas jóvenes resulta muy poco frecuente, lo que obliga a los afectados a mantener un control estricto de su estilo de vida.