Entrevista

«Los ginecólogos informan, pero no deben mediar en la decisión de un aborto»

Entrevista a María de la Calle, jefe de Sección de Obstetricia del Hospital Universitario de La Paz y portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)

María de la Calle, jefe de Sección de Obstetricia del Hospital Universitario de La Paz y portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)
María de la Calle, jefe de Sección de Obstetricia del Hospital Universitario de La Paz y portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)Jesús G. FeriaLa Razon

El huracán provocado en Castilla y León por la amenaza de Vox de imponer un nuevo protocolo antiaborto ha puesto a los ginecólogos en el punto de mira, aunque la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (Sego) es clara a la hora de defender la profesionalidad de este colectivo.

¿Cuál es el sentir de los ginecólogos ante ese amago de nuevo protocolo en casos de aborto?

Nosotros no tenemos constancia de este nuevo procedimiento más que por las informaciones de la prensa. Y, en cualquier caso, mostramos nuestro máximo respeto a la legislación vigente y el derecho de la mujer a acogerse a la ley de interrupción voluntaria del embarazo en los requerimientos que están regulados legalmente.

Esta nueva iniciativa hablaba de aumentar la información a las mujeres que se plantean una interrupción voluntaria del embarazo. ¿Es que acaso no realiza actualmente?

Claro que se les informa y se les brinda tiempo, pues es una circunstancia delicada que exige dedicación. Se les pregunta por las razones que les llevan a tomar esa decisión y en muchos casos hay un psicólogo que sirve de apoyo, porque hay que estar preparadas a nivel físico y mental, ya que se trata de un trance duro. Posteriormente se les informa sobre cuáles son los pasos a seguir, pero siempre con mucho respeto hacia la decisión tomada por la mujer o la pareja. Nuestro papel es el de informar y acompañar a la mujer, pero no podemos intervenir ni mediar en esa resolución final, independientemente de cuáles sean también nuestras creencias morales o éticas, porque no hay que olvidar que somos médicos y nuestra obligación es no juzgar a la paciente.

¿Qué papel juega la objeción de conciencia en este contexto?

En cada hospital debería haber un equipo de personas que manifieste su deseo de realizar este tipo de interrupción voluntaria del embarazo, al igual que otros pueden negarse a hacerlo. La libertad personal es absoluta. Pero no hay que olvidar que no se trata únicamente de ginecólogos u obstetras, ya que detrás de un procedimiento así hay un equipo muy amplio de enfermeras, matronas, anestesistas, celadores... Para que te hagas una idea, en el Servicio de La Paz aproximadamente el 50% de los profesionales ha manifestado su rechazo a hacer estos procedimientos, aunque en nuestro caso hay clínicas concertadas a las que se deriva a las mujeres sin coste alguno para ellas.

Parte de la polémica suscitada estos días en Castilla y León procede de la recomendación de ofrecer a las mujeres que escuchen el latido fetal y se sometan a una ecografía 4D antes de decidir si interrumpen su embarazo. ¿Cuál es el procedimiento habitual en el que se usan estas herramientas?

La ecografía 3D y 4D no forman parte de la sistemática asistencial ni puede encontrarse recomendación alguna para su práctica rutinaria, ni en protocolos-guías nacionales ni internacionales. En la Sanidad pública la primera ecografía se realiza habitualmente entre la semana 11- 12. En algunas ocasiones la primera ecografía del embarazo se realiza en etapas más tempranas para verificar el diagnóstico del embarazo y la viabilidad del mismo.

¿Y qué ocurre con el latido del corazón?

En fase embrionaria (hasta la semana diez más seis días) se recomienda que la evaluación ecográfica del latido sea preferiblemente de manera visual. La Guía de Práctica Clínica de SEGO sobre la gestación precoz, del año 2021, recomienda que «la evaluación con Doppler solo debe ser realizada en el primer trimestre en aquellos casos en los que haya una indicación clínica específica». La Sociedad Internacional de Ultrasonidos en Obstetricia y Ginecología en el año 2021 recomendó que «en periodo embrionario el Doppler color no debe ser utilizado rutinariamente. En periodo fetal (de 11 a 13+6 semana) puede ser empleado rutinariamente para ciertas indicaciones clínicas, como el cribado de trisomías y anomalías cardiacas». En definitiva, existe consenso en hacer un uso prudente durante el primer trimestre de la gestación por los potenciales efectos térmicos y/ o mecánicos indeseables sobre el embrión, ya que puede aumentar la temperatura de la zona y provocar abortos indeseados.

Pero el aborto forma parte de su trabajo habitual porque suceden de forma espontánea...

Así es. Se estima que entre el 5 y el 10% de los embarazos pueden desencadenar en un aborto espontáneo, y esta cifra aumenta cuando se trata de mujeres por encima de 35 años o con patologías de base, algo que cada vez es más común, como diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedades autoinmunes...

¿Y en qué casos se puede recomendar clínicamente forzar una interrupción del embarazo?

Cuando se detecta alguna anomalía o malformación en el feto o cuando existe una cuestión médica que ponga en peligro la vida de la madre o el propio desarrollo del bebé. En esos casos damos toda la información de los posibles riesgos que implican continuar con el embarazo. Estos supuestos los recoge la ley, pero para evitarlos tenemos una consulta pregestacional para evaluar el riesgo tanto materno como fetal que puede existir en un embarazo.