Tecnología y menores

Un 30% de los adolescentes usa la IA para tomar decisiones importantes

Los chatbots generan riesgos específicos de dependencia emocional y de patrones de adicción conductual, alertan los expertos

Niños con teléfonos móviles
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La introducción de dispositivos digitales y el uso de pantallas en casi todos los aspectos del día a día se han convertido en algo normalizado en nuestras vidas. Sin embargo, cada vez son más las evidencias que llaman la atención sobre los posibles efectos de su empleo en la salud mental, así como su influencia en el desarrollo cognitivo de los más pequeños y la importancia de supervisar su utilización en menores.

Y es que, más del 96% de los jóvenes dispone de un teléfono móvil, un dispositivo al que los niños acceden en torno a los 10 años de media, si bien hasta un 4,5% de los niños en España dispone de un teléfono móvil propio mucho antes, a los 6 años de edad, tal y como se expuso durante la quinta edición de las Jornadas sobre Redes Sociales en Niños y Adolescentes, organizadas por el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares.

En el encuentro, que se ha celebrado esta mañana bajo el lema “Pantallas, IA y otros retos del S XXI”, han participado más de 200 profesionales profesionales del ámbito del derecho, la educación, la seguridad y la sanidad para debatir acerca de la importancia de educar en una buena salud digital.

El problema, según los expertos reunidos, radica también en el número de horas que estos niños y adolescentes pasan utilizando estos dispositivos: según datos de 2023, el tiempo de uso de las pantallas se ha incrementado exponencialmente en los últimos años, alcanzando las 7 horas diarias.

Además, muchos usan estos dispositivos sin la supervisión de un adulto, lo que implica una exposición precoz a determinados contenidos que no pueden ser explicados por un tutor, lo que multiplica las posibilidades de estos niños y adolescentes de convertirse en víctimas, pero también de cometer un delito.

Un aspecto que es clave para Rosa Funes, jefa de Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Príncipe de Asturias y organizadora de las jornadas, quien ha señalado el papel fundamental que tienen aquí los profesionales, pero también las familias, un núcleo vital durante los primeros años de vida de los niños y que se convierte en el primer ejemplo de muchas actitudes.

Predicar con el ejemplo

De acuerdo con datos de un estudio que recogió en 2021 la opinión de una muestra de más de 41.500 niños y adolescentes, hasta un 36,8% de los progenitores utiliza el móvil durante las comidas y solo un 29,1% establece normas sobre su utilización (un 24% limita el tiempo de uso y un 13,2% establece normas sobre los contenidos).

Además, en otra investigación española reseñada durante la jornada, hasta un 68% de los menores participantes señalaron haber tenido su primer contacto con las pantallas antes de los dos años, cuando las guías internacionales y entidades como la Organización Mundial de la Salud no recomiendan la exposición antes de los 6 años. De hecho, varios estudios ya señalan que a menor edad de inicio de uso de las pantallas, mayor es el riesgo de adicción, ansiedad y depresión en el futuro.

Así, si bien la inmensa mayoría de las familias encuestadas en este estudio afirmó conocer que un uso inadecuado de los dispositivos móviles puede provocar trastornos del aprendizaje y de la conducta alimentaria, así como adicciones o problemas de sueño, la realidad es que los menores siguen haciendo un uso excesivo de las pantallas de forma generalizada.

La IA, un reto más

A esto hay que añadirle un elemento más a la ecuación: la rápida incorporación de la Inteligencia Artificial (IA) a la mayoría de productos y servicios que se pueden encontrar en internet ha reconfigurado los entornos de aprendizaje, socialización y salud, lo que todavía complica más la educación en salud digital para las familias y también para los profesionales.

Actualmente, de acuerdo con los datos presentados durante la jornada, más de la mitad de los adolescentes emplea la IA varias veces a la semana y un 15% la utiliza a diario.

Respecto a los usos, la mayoría la utiliza para buscar información, pero hasta un 30% lo hace para la toma de decisiones importantes. Sobre los límites, un 70% de los profesores y un 40% de los cuidadores afirma que los establece, si bien los adolescentes perciben estas restricciones en menor medida y hasta 6 de cada 10 reconoce haberlas ignorado.

Con la IA, ya están apareciendo nuevos riesgos para los menores de edad como son la amplificación de vulnerabilidades a través de algoritmos de recomendación, mayores problemas de privacidad, sesgos de información, generación de dependencia de estas nuevas tecnologías e incluso la elección de la IA frente a la ayuda de un amigo o un adulto para la solución de temas personales.

De hecho, existe especial preocupación sobre el impacto en la salud de los chatbots personalizables. Un estudio publicado este mismo año que ha registrado conversaciones de adolescentes de entre 13 y 17 años en España concluye que estos chatbots generan riesgos específicos de dependencia emocional y de patrones de adicción conductual.