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Salud

Los alimentos que aumentan el perímetro de tu cintura, reducen el cerebro y aumentan el riesgo de alzhéimer

Un estudio afirma que la cantidad de grasa en el vientre está relacionada con el deterioro cognitivo, especialmente en personas con antecedentes familiares

En Resumen
Los sándwiches más famosos del mundo (Portugal). captura de pantalla

Los alimentos grasos no solo aumentan el perímetro de tu cintura, sino que pueden reducir el volumen de tu cerebro y provocar un deterioro de la capacidad cognitiva. La evidencia científica sobre esta relación es cada vez más amplia. Por ello, proteger el cerebro y eludir el alzhéimer puede convertirse en una motivación más para quienes todavía están pensando en paliar los excesos de los dulces de Año Nuevo y bajar la 'barriga' de cara al verano.

No solo se trata de la estética, y va más allá de todas las enfermedades relacionadas con el sobrepeso. Así lo afirma un nuevo estudio que relaciona la cantidad de grasa en el abdomen con la probabilidad de sufrir alzhéimer y demencia. A grandes rasgos viene a decir que cuanto más grande es nuestra tripa, más papeletas tenemos para sufrir estas enfermedades neurológicas. Y si tenemos antecedentes de alzhéimer en la familia, el riesgo es mucho mayor.

No es la primera vez que se relaciona la grasa abdominal con el deterioro cognitivo. Ya en 2022, una investigación publicada en la revista científica Metabolic Brain Disease, destacó una clara relación entre los ratones alimentados con una dieta alta en grasas durante 30 semanas y el deterioro que sufrieron después sus capacidades cognitivas, incluyendo el empeoramiento de la enfermedad de Alzheimer.

El nuevo trabajo publicado en Obesity ahonda en este vínculo, y subraya que la grasa abdominal puede afectar a la salud cerebral y la cognición en personas con alto riesgo de Alzheimer. Dirigido por Michal Schnaider, directora del Centro de Investigación del Alzheimer Herbert, y por Jacqueline Krieger, del Instituto de Salud Cerebral Rutgers.

Pero esta investigación va más allá. No se centra en el peso o en el Índice de Masa Corporal (IMC) y su relación con el alzhéimer, como ya hicieron otros trabajos anteriores. En este caso, apuntan a los depósitos de grasa abdominal "oculta" como los verdaderos causantes de esta asociación.

Así, sus resultados afirman que, en individuos de mediana edad con antecedentes familiares de Alzheimer, la cantidad de grasa en sus órganos abdominales (páncreas, hígado y grasa abdominal) está relacionada con sus volúmenes cerebrales y su función cognitiva. Para paliar la grasa abdominal, también llamada visceral, por lo general se recomienda reducir el consumo de grasas y carbohidratos, eliminar el alcohol y realizar algunos ejercicios.

Los hombres corren más peligro

La investigación, realizada en 204 varones sanos de mediana edad con demencia de Alzheimer, investigó los depósitos de grasa en el páncreas, el hígado y el abdomen medidos con una resonancia magnética. Mediante su trabajo, también demostraron que el impacto de la grasa abdominal suele ser más pronunciado en los hombres de mediana edad con alto riesgo alzhéimer que en las mujeres.

"En los varones de mediana edad con alto riesgo de padecer Alzheimer (pero no en las mujeres), el aumento de la grasa pancreática se asoció a un descenso de la cognición y los volúmenes cerebrales, lo que sugiere una posible relación específica entre la grasa abdominal y la salud cerebral", afirma Schainder, que también es profesora titular de la Cátedra Krieger Klein de Investigación en Neurodegeneración.

La obesidad es un factor de riesgo de un menor funcionamiento cognitivo y un mayor riesgo de demencia, con diferentes asociaciones entre sexos. Así pues, los resultados de la investigación ponen de relieve la importancia de investigar las interrelaciones de los depósitos de grasa, el envejecimiento cerebral y la cognición en el contexto de las diferencias entre sexos.

Además, el estudio cuestiona el uso convencional del IMC como medida principal para evaluar los riesgos cognitivos relacionados con la obesidad. Según los investigadores, el IMC representa mal la distribución de la grasa corporal y no tiene en cuenta necesariamente las diferencias entre sexos.

"Nuestros hallazgos indican correlaciones más fuertes en comparación con las relaciones entre el IMC y la cognición, lo que sugiere que los depósitos de grasa abdominal, más que el IMC, son un factor de riesgo para un menor funcionamiento cognitivo y un mayor riesgo de demencia", afirma Sapir Golan, del Centro de Neurociencia 'Joseph Sagol', en Israel, que también participó en el trabajo.

Golan concluye que los resultados de estas investigaciones abren nuevas vías para intervenciones específicas y una mayor exploración de enfoques específicos por sexo a la hora de comprender y mitigar el impacto de la grasa abdominal en la salud cerebral.

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