Opinión
Aplicaciones tecnológicas más que mejorables
La tecnología supone avances espectaculares, pero no es perfecta
Cada día somos más dependientes de la tecnología en casi todos los ámbitos, y por supuesto en la Sanidad. El problema es que las aplicaciones tecnológicas, que fueron concebidas por humanos, no son infalibles, como hemos tenido oportunidad de comprobar con ocasión de los errores múltiples y reiterados en las pulseras anti-maltrato, que han puesto en situación de vulnerabilidad a muchas mujeres que pensaban que estaban protegidas gracias a tales artefactos. Cierto que el problema se agrava cuando los responsables de comprobar su funcionamiento también yerran a la hora de gestionar las correcciones de las aplicaciones.
Acabamos de saber, gracias a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), que se ha producido un fallo en determinados sensores de monitoreo de glucosa FreeStyle Libre 3 Plus, fabricados por Abbott Diabetes Care Ltd, una incidencia que podría provocar lecturas erróneas indicando valores elevados, cuando en realidad no lo son. El problema, según ha matizado la Aemps, no afecta al lector ni a la aplicación FreeStyle Libre 3, ni a ningún otro producto Libre (FreeStyle Libre 2, FreeStyle Libre 2 Plus y FreeStyle Libre 3), sino únicamente a una cantidad limitada de sensores FreeStyle Libre 3 Plus.
La empresa fabricante está avisando a profesionales sanitarios y a pacientes, lo cual es encomiable. La información fidedigna es siempre lo más importante, para corregir a tiempo los errores.
Como la Junta de Andalucía, que está actuando con rapidez por los fallos detectados en el sistema integral de los cribados del cáncer de mama, que están obligando a revisar decenas de situaciones. Se ha creado un “circuito preferente" para atender a las mujeres que se hayan podido ver afectadas, y que no recibieron la correspondiente notificación por parte del sistema.
La tecnología supone avances espectaculares, pero no es perfecta, y deben ser los responsables de las administraciones quienes velen por el correcto funcionamiento de las aplicaciones.