
Bienestar emocional
“La vida ya no es divertida”: la receta simple de Mel Robbins para volver a sentirte vivo
Su propuesta no es una gran escapada ni una reforma vital, sino volver a meter pequeñas dosis de diversión en el día a día

En su pódcast, la autora superventas Mel Robbins, confesó algo que muchos piensan en silencio: "Siento que la vida ya no es divertida". Agregó que en la actualidad, la mayoría de las personas se encuentran saturadas, abrumadas por las noticias y el uso constante del móvil, y eso "aplana" la vida. Pero la diversión no es opcional: "La diversión es cómo vuelves a sentirte vivo", dijo al presentar su idea central, introducir un microcambio que te alegre cada día. No se trata de un cambio transcendental. La experta recomienda empezar con gestos mínimos que alteren el guion automático.
El método de los micro-momentos (y por qué funciona)
Robbins sugiere inyectar alegría en pequeñas descargas diarias: elegir un accesorio llamativo, poner tu canción favorita mientras haces la cena, compartir una anécdota graciosa antes de una reunión, o convertir una tarea rutinaria en un juego de 5 minutos. La lógica: cuando la vida se siente plana, no hace falta un gran plan, sino romper el piloto automático con decisiones diminutas que reactivan curiosidad, energía y conexión.
La ciencia respalda la intuición. La risa y los momentos lúdicos están ligados a menos estrés, alivio del dolor y mejor respuesta inmune, de acuerdo con la Mayo Clinic y su red de divulgación: reír reduce hormonas de estrés como el cortisol y puede desencadenar endorfinas que calman el dolor, además de favorecer mecanismos inmunitarios. No es frivolidad; son intervenciones que mejoran resiliencia y ánimo.
Robbins coincide con expertos en felicidad como Jessica Weiss: "Las personas más felices buscan activamente lo que las enciende y lo integran en la jornada, sumando momentos breves de diversión en vez de esperar a un gran evento que lo arregle todo", agrega.
Para empezar hoy
Piensa en un solo gesto que puedas hacer en menos de 3 minutos y que te resulte divertido (escuchar una canción, enviarle un mensaje alegre a alguien). Hazlo cada día durante una semana y obsérvate: la clave no es la magnitud, sino la constancia. Si funciona, añade un segundo gesto la semana siguiente. Es así de simple y, según Robbins, suficientemente potente para que la vida vuelva a tener relieve.
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