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Salud

El 'boom' de los medicamentos para adelgazar impulsa una red criminal en España: caen 33 personas, incluido un sanitario

Desarticulan una organización que aprovechaba el auge de Ozempic y Wegovy para el comercio ilegal de semaglutida y otros fármacos, con la presunta colaboración de un enfermero colegiado en Madrid

Ozempic y Wegovy contienen semaglutida que se administra como una inyección Freepik

La fiebre global por los medicamentos para perder peso como Ozempic y Wegovy ha llevado a grupos organizados a cruzar la línea de la legalidad. Con su principio activo, la semaglutida, estos fármacos han revolucionado el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2, pero también han desatado un mercado negro de proporciones inéditas. Esta mañana, Funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y el cuerpo de Policía Nacional informaron de la desarticulación de una red criminal dedicada a la comercialización ilegal de semaglutida y otros compuestos farmacéuticos en España.

Según el comunicado oficial, la operación se saldó con 33 personas detenidas que integraban varias "células" ubicadas por todo el país. Las autoridades llevaron a cabo 24 registros en Madrid, Málaga, Alicante, Barcelona y Sevilla, donde se incautaron más de 300.000 dosis de fármacos, especialmente, semaglutida. El valor estimado en el mercado negro de estos medicamentos supera los dos millones de euros. De hecho, también se incautaron casi 400.000 euros en efectivo y se han intervenido 25 cuentas bancarias utilizadas para el blanqueo de capitales.

¿Qué es la semaglutida y por qué su demanda se ha disparado?

La semaglutida es un agonista del receptor GLP-1 originalmente aprobado para tratar la diabetes tipo 2. Sin embargo, pronto saltó a la fama como un tratamiento eficaz para perder peso, ya que se supo que personalidades como Elon Musk y Kim Kardashian lo utilizaban para este fin. Tras probar su capacidad para reducir el apetito y promover la pérdida de peso en ensayos clínicos, la semaglutida se ha convertido en una solución de referencia para tratar la obesidad. Bajo marcas como Ozempic y Wegovy, ha ganado popularidad global gracias a su eficacia y el respaldo de celebridades, redes sociales y recomendaciones clínicas en casos seleccionados.

Sin embargo, su demanda supera a menudo la oferta legal, provocando escasez en farmacias y el surgimiento de canales paralelos de distribución. Este contexto ha sido caldo de cultivo para redes criminales que aprovechan su rentabilidad y la laxitud de algunos controles sanitarios para traficar con el fármaco.

Un entramado bien organizado y con ramificaciones sanitarias

La red desarticulada contaba con una estructura perfectamente definida, con células dedicadas a la importación, almacenamiento y venta fraudulenta de los medicamentos. "Obtenían este fármaco y otros como anabolizantes, hormonas o productos para la disfunción eréctil de manera ilegal importándolos desde terceros países o adquiriéndolos en centros sanitarios o farmacias, incluso con la connivencia en algún caso de sus responsables", señala el comunicado de Policía Nacional.

Esto significa que parte del suministro llegaba desde laboratorios clandestinos en el extranjero, y otra parte era adquirida en farmacias con la presunta colaboración de sus responsables "y sin presentar la debida prescripción médica, para enviarlos posteriormente a sus clientes más cercanos", añade el cuerpo.

La investigación policial inició el pasado mes de octubre tras recibirse información por parte de la fiscalía alemana de Múnich, en la que se advertía del posible envío de un paquete a España, con origen en un laboratorio clandestino del país, que contendría medicamentos ilegales. Las investigaciones posteriores permitieron confirmar que la organización realizaba el envío por encargo de los fármacos a través de empresas de paquetería.

Uno de los elementos más llamativos de la operación es la presunta implicación de un enfermero colegiado en la provincia de Madrid. El profesional se habría encargado de suministrar ilícitamente los fármacos personalmente a los clientes, en sus domicilios particulares o en los centros deportivos donde entrenaban. "Este investigado también realizaba tratamientos de sueroterapia por encargo, sin el debido control médico y sin observar las condiciones higiénicas adecuadas, que podían alcanzar precios superiores a los 300 euros por sesión", detalla el comunicado.

Un impacto sanitario significativo

Además de los 1.000 fármacos diferentes que conforman las 300.000 dosis incautadas, los agentes encontraron armas blancas, una defensa eléctrica y 28 dispositivos electrónicos que podrían contener información clave sobre los movimientos financieros y contactos de la red. Las autoridades imputan a los detenidos delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, intrusismo profesional y blanqueo de capitales. La operación subraya los riesgos no solo legales, sino también sanitarios de consumir medicamentos fuera de los circuitos médicos reglados.

El uso ilegal de semaglutida sin prescripción médica puede tener graves consecuencias para la salud: desde efectos secundarios no controlados hasta interacciones peligrosas con otros tratamientos. Además, en el mercado negro no hay garantías de autenticidad, lo que eleva el riesgo de adquirir versiones falsificadas o mal manipuladas. Desde la Agencia Tributaria y la Policía Nacional insisten en la importancia de acudir siempre a profesionales sanitarios y evitar canales de adquisición ilegales que, como demuestra este caso, están ligados a redes criminales complejas.

Semaglutida y medicamentos para ganar músculo, un fenómeno que no se detiene

La operación refleja el impacto social del fenómeno "Ozempic" y de otros medicamentos anabolizantes para ganar músculo, que ha trascendido su uso clínico para convertirse en un producto deseado por motivos estéticos y de pérdida de peso rápida. Pero también pone sobre la mesa la necesidad urgente de regulación, vigilancia y educación sanitaria, especialmente ante la expansión de este tipo de medicamentos y sus usos no autorizados. La semaglutida seguirá en el centro del debate médico y ético en los próximos años. Lo que esta operación demuestra es que su éxito también puede tener un lado oscuro si se convierte en un producto jugoso para el crimen organizado.