Opinión
Cuando la soledad también enferma, el farmacéutico cuida
El COFM y el Ayuntamiento de Collado Villalba colaboran en un programa de seguimiento a pacientes polimedicados en situación de soledad no deseada

El aumento de la esperanza de vida es uno de los grandes éxitos de nuestra sociedad. España es uno de los países con una población más longeva; sin embargo, ese éxito es, a la vez, un elemento de tensión cada vez mayor para la estructura de un modelo sociosanitario que no se diseñó para una pirámide poblacional como la actual y que vive un momento de presión asistencial creciente. Vivir más años no siempre significa vivir mejor, y cumplir años va aparejado a grandes desafíos sanitarios y sociales que es urgente abordar: más prevalencia de enfermedades crónicas, polimedicación, dependencia…
Sabemos que la mitad de los pacientes crónicos no siguen de forma adecuada su tratamiento, y esta realidad se vuelve aún más compleja cuando añadimos factores de preocupación crecientes como la soledad no deseada, que convierte a esos pacientes en personas aún más vulnerables. De hecho, en la Comunidad de Madrid una de cada cinco personas se siente sola (el 21,5 % de la población).
Pensemos, por ejemplo, en Josefa, una mujer de 82 años que vive sin compañía desde que enviudó. Sus hijos trabajan fuera, sale poco de casa y a veces se confunde con la medicación. Empieza a mostrar dificultades para caminar. Sus vecinos ya apenas la ven por la calle, solo cuando sale por la mañana a comprar al mercado; pero no todos los días.
La situación de Josefa es la de muchas otras personas que necesitan apoyo, acompañamiento y atención, y es en este contexto donde la red de farmacias aporta soluciones eficaces gracias a un valor sanitario y social que se sustenta en el conocimiento del farmacéutico como experto en medicamentos y su cercanía a los pacientes y su entorno.
Ante perfiles como el de Josefa u otros similares, a los que seguro que cada lector puede atribuir un nombre propio dentro de su círculo cercano, los farmacéuticos tenemos mucho que hacer. ¿Cómo? Escuchando, asesorando, controlando el cumplimiento del paciente con su medicación y generando un vínculo de complicidad que rompa esa soledad no deseada y cree una vía de escape frente a problemas, miedos y preocupaciones. Dicho de otra forma: humanizando la atención y dando a esos pacientes la atención emocional que precisan, que es casi tan necesaria como la meramente asistencial.
En la Comunidad de Madrid el 21% de las personas se siente solo
Para contribuir a reforzar esa atención y contribuir a dar solución a escenarios como el descrito, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) y el Ayuntamiento de Collado Villalba hemos unido esfuerzos a través de un convenio pionero para llevar a cabo un programa de seguimiento a pacientes polimedicados en situación de soledad no deseada. Un proyecto que, a partir de este mes de noviembre, unirá la labor de los farmacéuticos comunitarios con la de los Servicios Sociales municipales para detectar y acompañar a personas vulnerables y frágiles, muchas de ellas mayores que viven solas, que no tienen apoyo y que deben tomar varios medicamentos cada día.
¿Cómo trabajarán los farmacéuticos? Lo harán usando instrumentos como los sistemas personalizados de dosificación (SPD), unos dispositivos que permiten reacondicionar los medicamentos según los días y horas de toma. Son una herramienta aparentemente sencilla, pero muy eficaz para garantizar que cada paciente tome lo que necesita, cuando lo necesita, y sin errores. Pero, más allá de la parte técnica, lo que hace verdaderamente valioso este programa es el vínculo humano que se genera.
El farmacéutico no solo prepara el SPD, sino que hace un seguimiento semanal que permite asegurar que todo va bien o detectar cuándo el paciente tiene problemas. Ese servicio puede marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad y, muchas veces, entre la tristeza y la esperanza.
Con este programa, cada farmacia se convertirá en un punto de apoyo social y sanitario. Detectará casos de vulnerabilidad, comunicará incidencias, colaborará con los servicios sociales y, sobre todo, cuidará. Cuidar es una palabra que define bien nuestra vocación, y la red de las cerca de 3.000 farmacias de la Comunidad de Madrid representa una oportunidad única para llegar donde otros recursos no llegan, para estar donde más se necesita. Porque la farmacia es ese lugar de confianza, cercano y accesible, donde la ciencia se combina con la escucha y donde muchos ciudadanos encuentran no solo medicación, sino comprensión y una palabra amable.
Desde el COFM estamos convencidos de que la iniciativa de Villalba, además de ser necesaria, resultará de gran utilidad, por lo que seguiremos trabajando para que este tipo de programas se amplíen a otros municipios. El compromiso de los farmacéuticos con la salud y el bienestar de la población es firme, y cuando la soledad también enferma, la cercanía cura. Y en ese camino siempre se puede contar con los farmacéuticos.