«Tras estar todo el día en el agua, es aconsejable duchar al menor»

1. En verano es importante evitar las horas de mayor radiación solar y proteger la piel de forma frecuente. Pero, ¿por qué hay que ser especialmente cuidadoso con la piel de los más pequeños de la casa? ¿Cómo se debe hacer?

La piel de los niños es más fina y vulnerable que la del adulto. En verano, la radiación ultravioleta (UV) es más intensa y puede causar daño a corto plazo (como quemaduras, por ejemplo) y a largo plazo (como envejecimiento prematuro o riesgo aumentado de cáncer de piel). Protegerlos implica: evitar la exposición directa al sol entre las 12:00 y las 17:00 horas, vestirles con ropa ligera que cubra brazos y piernas (mejor si es homologada UV), usar sombreros (ala ancha, que protejan cuello también) y gafas homologadas UV (para evitar daños en la retina) y aplicar protector solar FPS 50+, adecuado a su edad.

2. Frente al sol, ¿qué tipo de cremas habría que usar según la edad?

En menores de seis meses, se debe evitar la exposición directa al sol y no se recomienda el uso rutinario de cremas solares. Entre los seis meses y los dos años, se aconsejan filtros físicos o minerales (óxido de zinc o dióxido de titanio), porque son menos irritantes y no se absorben. A partir de los dos años, se pueden usar filtros químicos, siempre que estén formulados para piel infantil, con FPS 50+ y resistentes al agua.

3. En ocasiones, pese a seguir todas las recomendaciones y emplear la protección solar aconsejada en la farmacia el bebé sufre irritaciones. ¿Qué hacer si una crema solar para bebés causa rojez en contacto con el cloro y la camiseta en la piscina?

La combinación de protector solar, cloro y el roce textil puede irritar la piel sensible del bebé. En estos casos, conviene: lavar la zona con agua limpia al salir de la piscina; usar una crema barrera (tipo óxido de zinc) en zonas expuestas al roce; valorar cambiar la crema solar por una formulación específica para piel sensible, sin perfumes ni conservantes irritantes, y si la rojez persiste, se debería consultar con el pediatra o el dermatólogo.

4. ¿La dermatitis atópica empeora en verano?

Depende del niño. En algunos, el sol, el agua del mar y la humedad mejoran los síntomas. En otros, en cambio, el sudor, el cloro de las piscinas y el calor los empeoran. Es fundamental hidratar bien la piel, evitar jabones agresivos, mantener el uso de cremas emolientes y llevar ropa transpirable de algodón.

5. Tras permanecer todo el día en el agua, entrando y saliendo, ¿es recomendable bañar o duchar al pequeño?

Sí, es aconsejable una ducha rápida con agua dulce y un limpiador suave para eliminar sal, cloro, arena o crema solar. Después, secar con suavidad y aplicar una buena crema hidratante. Este cuidado protege la función barrera de la piel y previene eccemas.

6. ¿Cómo de común es la infección por moluscos y a qué se debe por si se pudiera tratar de prevenir?

Es bastante frecuente en la infancia. El molusco contagioso es un virus que causa pequeñas pápulas perladas, a menudo indoloras, que se contagian por contacto directo o a través de toallas y piscinas.

7. ¿Por qué es más frecuente que se produzca en niños con dermatitis atópica?

Porque su piel tiene una barrera cutánea alterada, lo que facilita la entrada del virus. Además, el rascado y las pequeñas heridas favorecen su diseminación.

8. ¿Es peligrosa?

No es grave, pero puede ser molesta, larga en el tiempo (varios meses o años) y contagiosa. En casos leves se puede observar sin tratamiento; si hay muchas lesiones o complicaciones, el pediatra valorará tratamiento tópico, curetaje u otras opciones.

9. ¿Qué hacer si tu hijo sufre una infección vírica en la piel en verano?

Evitar el contacto con otros niños para frenar el contagio, no compartir toallas o juguetes de agua, mantener la piel limpia e hidratada, y consultar al pediatra si hay fiebre, muchas lesiones o signos de infección bacteriana (pus, enrojecimiento, dolor).

10. En cuanto a picaduras de insectos, ¿cómo reducirlas? ¿Se pueden poner pulseras a los bebés?

Para reducirlas, lo más eficaz es usar ropa que cubra la piel, colocar mosquiteras y aplicar repelentes adecuados para la edad. En menores de dos años, no se recomienda el uso de pulseras repelentes ni sustancias similares, ya que pueden contener sustancias no seguras en contacto directo con la piel o ser llevadas a la boca. En su lugar, es preferible usar mosquiteras o repelentes tópicos formulados para bebés a partir de 6 meses, aplicados con precaución.