Golpe de calor

Estamos en verano y, aunque algunos afortunados nos lean desde la hamaca o el chiringuito entre chapuzón y chapuzón, la mayoría seguimos en las ciudades donde intentamos refrescarnos lo mejor que sabemos mientras escuchamos la famosa frase «me va a dar un golpe de calor». Pero, ¿sabemos lo que realmente significa?

Un golpe de calor es mucho más peligroso para nuestra salud de lo que la gente piensa, y debemos de estar preparados para prevenirlos e incluso tratarlos si en algún momento presenciamos uno.

Suele comenzar en los dos primeros días de la ola de calor debido al aumento brusco de las temperaturas.La aparición de náuseas, debilidad, vómitos, sueño o falta de sudoración son algunas de las primeras señales de que algo no va bien. Si no ponemos los medios necesarios pueden aparecer complicaciones más severas como hiperventilación, aumento de la frecuencia cardiaca o insuficiencia renal. Todos estos síntomas se manifiestan mediante hipotensión, fallo multiorgánico o incluso el fallecimiento de la persona que lo padece.

La exposición a altas temperaturas conlleva un aumento de la temperatura corporal, y cuando dicho incremento supera los 40 grados se produce un fracaso en nuestro sistema de termorregulación el cual no es capaz de disminuir dicho aumento.

Dependiendo de las circunstancias en las que se produzca dicho golpe de calor lo llamaremos activo o pasivo.

El primero, también llamado de esfuerzo, hace referencia a aquellas personas que sin tener en cuenta las altas temperaturas realizan ejercicio físico extremo en las horas principales del día.

En el otro extremo están aquellos ancianos que sin realizar ejercicio de ningún tipo conforman un grupo de la población de alto riesgo.

No olvidemos cuidar de los que nos rodean y de nosotros mismos, solo así disfrutaremos del verano de nuestras vidas.