Tienes unos 40-50 años. Ahora crees que no, pero lo que hagas a esta edad tiene un gran impacto en tu salud mental y en tu memoria que te acompañará el resto de tu vida. En concreto, tiene que ver con lo que haces por la noche, ya que dormir mal ahora mismo, envejecerá tu cerebro cuando en etapas posteriores de tu vida. Esto significa que puedes estar aumentando tu riesgo de demencia.

Así de importante es «dormir bien» para el envejecimiento cerebral y para fortalecer tu memoria. Lo dice un nuevo estudio publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología. Este sugiere que las personas de mediana edad que tienen una mala calidad del sueño presentan más signos de mala salud cerebral en la mediana edad tardía. Esto significa que existe una asociación entre la mala calidad del sueño y los signos de envejecimiento cerebral. Pero, ¿qué es dormir mal según el estudio? Esto es lo interesante, ya que en la investigación se considera dormir mal tener dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormidos.

«Los problemas de sueño se han relacionado en investigaciones anteriores con una menor capacidad de pensamiento y memoria en etapas posteriores de la vida, lo que aumenta el riesgo de demencia», afirma la autora del estudio, la Dra. Clémence Cavaillès, de la Universidad de California en San Francisco, EE UU.

Dormir mal le añade 3 años más de vejez a tu cerebro

Según la especialista, lo nuevo de este estudio es que «utilizó escáneres cerebrales para determinar la edad cerebral de los participantes y sugiere que dormir mal está relacionado con casi tres años adicionales de envejecimiento cerebral ya en la mediana edad».

Las casi 600 personas que participaron en este estudio tenían una media de 40 años de edad. Cinco años después (cuando tenían una media de 45 años), rellenaron un cuestionario sobre cómo dormían por las noches. Y cuando les pusieron los escáneres cerebrales habían pasado otros 15 años (tenían 55 años de media).

El test que debes hacer para saber cómo duermes, bien o mal

Los investigadores preguntaron a los sujetos del estudio sobre sueño y envejecimiento cerebral las siguientes preguntas:

• ¿Le suele costar dormirse?
• ¿Suele despertarse varias veces por la noche?
• ¿Suele despertarse demasiado pronto?
• ¿Cuántas horas duermes?

También identificaron seis características de mal sueño de cada participante: corta duración del sueño, mala calidad del sueño, dificultad para conciliar el sueño, dificultad para permanecer dormido, despertar temprano por la mañana y somnolencia diurna. Para hacer el test, debes sumar cuántas de estas características relacionadas con dormir mal presentas.

Los participantes del estudio se dividieron en tres grupos. Los del grupo bajo no tenían más de una característica de sueño deficiente. Los del grupo medio tenían entre dos y tres. Los del grupo alto presentaban más de tres. Al inicio del estudio, aproximadamente el 70% pertenecía al grupo bajo, el 22% al medio y el 8% al alto.

Luego, los investigadores examinaron los escáneres cerebrales de los participantes, para ver el nivel de encogimiento cerebral en esa edad concreta. Luego utilizaron aprendizaje automático (una especie de inteligencia artificial) para determinar la edad cerebral de cada participante.

Finalmente, los investigadores descubrieron que las personas del grupo medio (entre dos y tres características de mal sueño) tenían una edad cerebral media 1,6 años mayor que las del grupo bajo, mientras que las del grupo alto tenían una edad cerebral media 2,6 años mayor.

De las características del sueño, las que estaban más relacionadas con una mayor edad cerebral fueron la mala calidad del sueño, la dificultad para conciliar el sueño, la dificultad para permanecer dormido y la dificultad para despertarse temprano por la mañana. Sobre todo eran malas si las personas presentaban estas características de sueño de forma constante durante cinco años.

«Nuestros hallazgos ponen de relieve la importancia de abordar los problemas del sueño en etapas tempranas de la vida para preservar la salud del cerebro, lo que incluye mantener un horario de sueño constante, hacer ejercicio, evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse y utilizar técnicas de relajación», afirma la doctora Kristine Yaffe, autora del estudio, de la Universidad de California en San Francisco y miembro de la Academia Americana de Neurología.

Y concluye: «Las investigaciones futuras deberían centrarse en encontrar nuevas formas de mejorar la calidad del sueño e investigar el impacto a largo plazo del sueño en la salud cerebral de las personas más jóvenes».