Alimentación

El lado «amargo» del «chocolate Dubái»

Los productos que se venden en los supermercados no son tan saludables como hacen creen. Tienen mucho azúcar y poco pistacho

La fiebre chocolatera y verde "inunda" los supermercados
La fiebre chocolatera y verde "inunda" los supermercadosFREEPIKLA RAZÓN

La fiebre por el «chocolate Dubái» y su combinación de texturas y sabores ha llegado a los supermercados. Pero, tras esa promesa de dulce «premium», con envoltorios dorados y verdes, una estética que se asocia al lujo, no siempre hay un producto saludable por mucho que tenga pistacho.

El consumidor asocia la palabra «pistacho» con natural y saludable. Sin embargo, las etiquetas ocultan cómo el azúcar es el principal ingrediente de estas tabletas y cremas, mientras que el tan anunciado fruto seco apenas representa entre un 5% y un 15% del total.

«Ahora el ‘‘chocolate Dubái’’ se vende como un producto de lujo, cuando en el mejor de los casos tiene un 12% de pistacho y en el peor, un 8%. Los demás son azúcar y grasas hidrogenadas, como aceite de palma, así como aceite de coco o de girasol, y chocolate», explica Luis Cañada, nutricionista y fundador y CEO de FITstore.

«Se oferta como lujo cuando en el mejor de los casos tiene un 12% de pistacho y en el peor, un 8%»

Luis Cañada

Y no hace falta que sean marcas blancas. «El ‘‘chocolate Dubái’’ de Lindt te dice que tiene un 45% de pistacho en el relleno. Pero eso es el relleno, en el total es un 11% de pistacho», denuncia. Es decir, la marca dice la verdad, pero cuando uno está haciendo la compra no tiene tiempo para fijarse en los detalles de cada producto que mete en la cesta.

De hecho, incluso el Fussion de Mercadona tiene más porcentaje: 13,7%, como publicó Cañada en Instagram.

Este espejismo también se da, según el experto, con el azúcar: «Cuando en una etiqueta ponen 0%, uno piensa que es 0% azúcar, pero puede ser grasa o sal, y se pone porque el 0% vende. Y cuando es 0% azúcares añadidos no es lo mismo que 0% azúcar, sino que no se ha añadido azúcar, pero puede ser un producto con un 70% de azúcar per se». Así, hay productos con «0% azúcares añadidos» que ocultan la presencia de polialcoholes como el maltitol, que tampoco incrementan el aporte real de fruto seco.

«También está el producto sin azúcar –prosigue el experto–, que quiere decir que, según su tabla nutricional, tiene menos de 0,5 gramos de azúcar».

«Y luego está el pistacho ‘‘high protein’’, eso es una característica que no anula las demás. Pero puede tener más azúcar que proteína», añade.

Y no solo pasa en las tabletas, también en las cremas. Así, «hay cremas que superan el 40% de azúcares, sin declarar el porcentaje de pistacho», asegura.

Cañada sabe bien de lo que habla. Tras analizar él y su equipo distintas referencias estilo Dubái, detectó mucho azúcar y poco pistacho en general, por lo que ha desarrollado una fórmula «Dubái», 100% elaborado en España, que contiene un 92,5% de pistacho real: la Crema Dubái FITstachio, con 22,8 gramos de proteína por cada 200 gramos de producto. «El objetivo de esta crema sin aceites añadidos ni edulcorantes polialcohólicos con cacao en polvo y pasta kataifi horneada es que el auténtico protagonista sea el pistacho y desplace así el protagonismo del azúcar en versiones que, además, apenas contienen pistacho», hace hincapié.

«Si algo se llama crema de pistacho, lo que no puede ser es que tenga un 15% de ese fruto seco», incide.

La explicación es que la fiebre por el «chocolate Dubái» ha disparado la demanda de pistachos hasta el extremo de que «hoy un kilo de pistachos cuesta 60 euros, cuando hace cinco años costaba menos de la mitad».

El pistacho ha pasado en pocos años de ser un fruto seco minoritario a protagonista de postres, helados y salsas en la restauración. El reto, según los especialistas en nutrición, está en que los consumidores aprendan a leer más allá del envoltorio.

«No se trata solo de si es pistacho o azúcar. Que algo sea tendencia en redes no significa automáticamente que sea saludable», advierte Cañada, que incide en que «ningún producto es milagroso. Los pistachos son ricos en grasas monoinsaturadas, por lo que mejora el perfil lipídico. Pero si te atiborras vas a conseguir estar obeso y el efecto contrario. Es importante hacer un consumo moderado».