Oncología

Póker de ases en los Premios Argonauta

Giorgio Vittorio Scangliotti, Luis Paz-Ares, Mª Victoria Mateos y Solange Peters, galardonados por su trayectoria

Imagen de la entrega de premios. REMITIDA / HANDOUT por ANTONIO J ESPINOSA VÁZQUEZ Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 25/11/2025
La Fundación PharmaMar reconoce la innovación en oncología con sus Premios Argonauta 2025ANTONIO J ESPINOSA VÁZQUEZEuropa Press

Grandes nombres de la investigación nacional e internacional se dieron cita en los premios Argonauta. Entregados por la Fundación PharmaMar y celebrados en Madrid, distinguen a figuras científicas, médicas y proyectos que están marcando un antes y un después en la medicina, la salud y la oncología mundial.

Esta nueva edición –la tercera– estuvo marcada por la incorporación de nuevas categorías, un incremento de los recursos destinados y un refuerzo de su carácter internacional que consolidan su compromiso con el impuso de la investigación científica, la divulgación y el reconocimiento a investigadores destacados. Una misión que trasciende el ámbito estrictamente científico: busca acercar el conocimiento a la sociedad y promover una investigación capaz de generar mejoras reales en la atención a los pacientes.

Por su capacidad para unir investigación básica y práctica clínica a lo largo de décadas de liderazgo, así como su impulso a la formación de nuevas generaciones e iniciativas internacionales, Giorgio Vittorio Scagliotti, del Hospital S. Luigi de Orbassano, en Turín, (Italia), recibió el premio a la Trayectoria en la categoría de Investigación Básica, por su excepcional contribución al conocimiento y tratamiento del cáncer de pulmón. «Estos reconocimientos pueden convertirse en catalizadores para la próxima generación de científicos clínicos básicos y aplicados», cuenta a propósito de la importancia de apoyar y dar visibilidad a la investigación y la ciencia a través de premios como estos.

En la categoría de Investigación Clínica Nacional, los premios reconocieron a dos referentes de la medicina española. Luis Paz-Ares, del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, por una trayectoria ejemplar que ha transformado el campo de la Oncología torácica y ha consolidado la proyección internacional de la investigación en nuestro país. Su liderazgo en grandes equipos, su capacidad para integrar ciencia básica e innovación clínica y su impacto en los estándares terapéuticos han inspirado a toda una generación de especialistas. Pese a todos estos logros, asegura que su motivación de seguir investigando sigue intacta y es doble: «Por un lado, el reto intelectual de la investigación oncológica es en sí un aliciente incuestionable. Pero, sin duda, lo más relevante es el impacto que supone para los pacientes: una mejor compresión de la biología tumoral posibilita el descubrimiento de nuevas dianas o vulnerabilidades tumorales que pueden ser utilizadas para atacar al tumor, y el desarrollo de ensayos clínicos para explorar nuevas estrategias terapéuticas ofrece la posibilidad de un acceso temprano a tratamientos más eficaces, muchas veces varios años antes de que sean aprobados por las autoridades reguladoras y estén disponibles para su uso en todos los pacientes».

También Mª Victoria Mateos, del Hospital Universitario de Salamanca, fue premiada en Investigación Clínica Nacional por su contribución decisiva al avance en el manejo del mieloma múltiple (MM), situando a España en la vanguardia internacional de la Hematología Oncológica y mejorando de forma sustancial la vida de miles de pacientes. Como ella misma explica, «he vivido la era en que la superviviencia de los pacientes con MM era de dos, tres años y como ahora podemos ofrecer superviviencias comparables a la expectativa de vida de las personas. Todo ello ha sido condicionado por un conocimiento de la biología de la célula plasmática y el microambiente donde vive, el desarrollo de nuevos fármacos que son la gran mayoría una realidad hoy gracias a la investigación clínica reglada y bien hecha que ha permitido ir generando nuevos estándares de tratamiento cada vez más eficaces y seguros. En este momento, hablamos de cura funcional del mieloma, palabra “innombrable” hasta hace poco más de uno o dos años. Por tanto, la motivación y el reto son fuertes: curar a pacientes con mieloma a través de una aproximación terapeútica adaptada al riesgo, a la respuesta y a la fragilidad», asegura.

Por último, el premio a la Investigación Clínica Internacional recayó en Solange Peters, del Centre Hospitalier Universitaire Vaudois, en Lausanne, (Suiza), quién agradeció por vía telemática un galardón, que reconoce una trayectoria sobresaliente en la mejora del manejo clínico del cáncer de pulmón. Como líder mundial en Oncología y expresidenta de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), su capacidad para trasladar la innovación científica al beneficio de los pacientes y para impulsar la equidad en el acceso a la atención oncológica la consolidan como una de las figuras más influyentes de la disciplina. A su entender, «un hito importante ha sido ver cómo el cáncer de pulmón evolucionó de una enfermedad con casi ninguna opción a uno de los tumores más caracterizados molecularmente, con múltiples enfoques dirigidos y estrategias de inmunoterapia que ahora salvan vidas. Sin embargo, el mayor logro para mí ha sido construir en Lausana –y en Europa– un sólido ecosistema de excelencia en Oncología torácica, investigación, educación y ensayos clínicos, trabajando mano a mano con la comunidad global de cáncer de pulmón. Innumerables pacientes siguen inspirándonos con su valentía, recordándonos que la ciencia debe seguir avanzando».

Impulsar el talento

En la categoría Mejor Caso Clínico Ciencia Grupo PharmaMar, la premiada fue Mª Virginia Sánchez-Becerra, del Institut Gustave Roussy, Villejuif (Francia), por presentar evidencia clínica y preclínica de la actividad de uno de los fármacos de la compañía en el carcinoma NUT, ultrarraro y sin opciones terapéuticas. Su trabajo aporta conocimiento valioso y abre nuevas líneas en un campo de enorme dificultad.

El reconocimiento al Mejor Joven Investigador recayó en Sara Sdelci, del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, por establecer el metabolismo nuclear del cáncer como un nuevo eje, generando biomarcadores y estrategias terapéuticas innovadoras.

Además, la Fundación PharmaMar ha ampliado su programa de ayudas a la formación, para respaldar tanto la avanzada como el desarrollo de proyectos de investigación. En las Ayudas R5 de Oncología Médica–Cáncer de Pulmón, la primera seleccionada ha sido Ana Romero, del Hospital General Universitario de Ciudad Real, gracias a un proyecto pionero que integra IA en el estudio del cáncer de pulmón microcítico; y la segunda para Andrea García Leal, del Hospital La Paz, Madrid, por un plan formativo que incluye rotaciones en centros de referencia y participación en programas internacionales.

Las Ayudas R5 de Oncología Médica–Sarcomas de Tejidos Blandos, fueron para Álvaro García Zamarriego, también de La Paz, por su proyecto innovador que combina formación clínica y experiencia internacional con un enfoque traslacional orientado a mejorar el tratamiento de los sarcomas, y María Sánchez Esperilla, del Hospital Juan Ramón Jiménez, de Huelva, gracias a un plan formativo de gran calidad que integra especialización clínica y formación internacional aplicada al progreso del manejo de los sarcomas.

Por último, la Ayuda a la Formación en Ensayos Clínicos de Fase I para R5/Joven Especialista fue para Paula Villalba, de la Fundación Jiménez Díaz, Madrid.