
Urología
Los primeros síntomas del agrandamiento de próstata, a los 50 años
La hiperplasia benigna es un problema muy frecuente y su prevalencia aumenta con la edad

Si usted es hombre, tiene más de 50 años y presenta dificultad para comenzar a orinar, tiene un chorro que se interrumpe o débil o se levanta por la noche para miccionar puede deberse a un agrandamiento de la próstata. La hiperplasia benigna es más frecuente de lo que se piensa. De hecho, «más del 45% de los hombres de 50 años, el 60% de los varones de 60 y el 80% de los hombres de 70 años presentan signos histológicos de hiperplasia benigna de próstata», afirma el doctor José Placer, urólogo del Hospital Universitario Dexeus, en Barcelona.
Pero, ¿a qué se debe? La hiperplasia benigna de próstata «se produce por una obstrucción de la vía urinaria por un crecimiento benigno de la próstata. Las consecuencias iniciales son un deterioro de la calidad miccional –como las descritas–, así como tener que hacer fuerza para vaciar toda la vejiga y presentar goteo luego de terminar la micción», explica el doctor Antón Zarraonandía, urólogo del Hospital Quirónsalud Miguel Domínguez, en Pontevedra.
«Si esta situación se prolonga a largo plazo sin que se trate–prosigue–, puede generar retención urinaria y la necesidad de sonda. En casos extremos, incluso puede provocar un fallo renal con la necesidad de diálisis».
De ahí que sean tan importantes las revisiones urológicas periódicas, ya que primero los varones pueden restar importancia a estos síntomas y segundo porque, como explica el doctor Placer, no siempre esta patología causa molestias.
En cuanto al tratamiento, «existen dos formas de tratar esta enfermedad. La primera mediante pastillas que suelen utilizarse de por vida o hasta que dejen de hacer efecto y se tenga que pasar a la siguiente opción. La segunda es mediante técnicas de cirugía. Hoy, se emplean técnicas de mínima invasión, es decir, técnicas para quitar la parte de la próstata que obstruye la vía urinaria por orificios naturales (en este caso la uretra)», detalla el doctor Zarraonandía.
Y en este aspecto destaca la hidroablación robótica de próstata, que es, como explica el doctor Zarraonandía, «una cirugía de mínima invasión para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata».
«Consiste -prosigue-en extirpar la zona de la próstata que provoca la obstrucción de la salida de la orina mediante un sistema robotizado que usa un chorro de agua a alta presión para deshacer esta zona de la próstata. Para poder hacer esto, disponemos de una ecografía a tiempo real donde se realiza una planificación de las zonas a tratar, para así hacer una cirugía a la medida de cada paciente».
«También procuramos definir las zonas que no deben tratarse para evitar complicaciones como la incontinencia de orina. Al realizarse sin energía y con una planificación a tiempo real permite preservar la función eyaculatoria en un 90% de los casos. Esto no puede realizarse con las técnicas quirúrgicas clásicas para el tratamiento de la hiperplasia de próstata», añade el urólogo.
A esta técnica hay que añadir la nucleación de la próstata con el láser de holmium (HoLEP). «Es una de las técnicas más novedosas y permite hacer un vaciado completo de la parte interior de la próstata, logrando la misma mejoría clínica que se conseguiría realizando la cirugía abierta que se empleaba hace años, pero con muchos menos efectos secundarios y complicaciones», precisa el doctor Placer.
«La principal ventaja de este procedimiento –continúa el urólogo– es que se realiza por vía endoscópica a través de la uretra sin requerir el empleo de una incisión quirúrgica a través del abdomen. Además, la excelente capacidad de coagulación del láser minimiza el sangrado quirúrgico que se produce en las otras técnicas».
«Actualmente es la técnica quirúrgica de elección para el tratamiento de cualquier adenoma prostático con independencia de su tamaño y ha sido incorporado como técnica de elección en la mayoría de los grandes hospitales de España», destaca el doctor Placer.
La elección de un tratamiento quirúrgico u otro depende «del tamaño prostático, de la experiencia del cirujano en las diferentes técnicas y, por supuesto, de las preferencias de los pacientes. La inmensa mayoría de los pacientes lo que pretende es mejorar la calidad de la micción para poder descansar por las noches y que su próstata no ocasione ninguna molestia. En cambio, otros pacientes quieren mejorar la calidad de la micción, pero están dispuestos a someterse a un procedimiento quirúrgico con peores resultados que otros, o cuyos beneficios duran menos tiempo si de esta forma son capaces de preservar la eyaculación», precisa el doctor Placer, no sin antes aclarar que «la hiperplasia benigna de próstata no afecta a la erección y por tanto se pueden mantener relaciones sexuales con normalidad».
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