Ojo seco

Lo que su lágrima revela

La biopsia líquida a partir de una única gota permite detectar qué genes están detrás del ojo seco

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Los pacientes con ojo seco tienen la sensación de albergar un cuerpo extraño o de arenilla en los ojos, acompañado de irritación y de visión inestable. Esto hace que el paciente, que parpadea más al inicio de la enfermedad, note que tiene que frotarse los ojos para ver mejor, especialmente cuando lee, está delante del ordenador o conduce.

Pero, estas molestias, que afectan al 11% de la población española, podrían mejorar, si no desaparecer. Un equipo de investigadores del Hospital Universitario Dexeus, en Barcelona, ha demostrado que una biopsia líquida de una lágrima puede ayudar a mejorar el síndrome del ojo seco, una enfermedad que va en aumento por culpa, en parte, del uso abusivo de pantallas.

«La idea de analizar la lágrima es antigua, se está realizando desde hace varios años, pero se detectan los biomarcadores de la inflamación, prostaglandinas, citoquinas, etcétera. Este método de estudio es costoso y no muy fiable, ya que depende mucho de cómo se toma la lágrima y la cantidad que se recoge. Lo que hemos hecho nosotros es minimizar estos problemas analizando los genes que controlan en las células la activación de los procesos inflamatorios, la liberación de estos mediadores de la inflamación. Es una técnica mucho más precisa», asegura el Dr. Carlos Vergés, director médico del área de Oftalmología Avanzada del Hospital Universitario Dexeus.

Así, logran detectar «cinco genes cuya presencia indica que se trata de un paciente con ojo seco y lo más importante, qué tipo de ojo seco, fundamental para establecer un diagnóstico mucho más concreto, la fase de la enfermedad en la que se encuentra y así determinar el tratamiento más efectivo en cada caso», detalla el doctor.

Algo clave, ya que la enfermedad de ojo seco «tiene un origen multifactorial, desde el exceso de horas delante de un ordenador, el estar expuesto a un ambiente seco o con viento, hasta enfermedades como la diabetes, procesos reumáticos de tipo autoinmune, fibromialgia o al efecto nocivo de fármacos como antidepresivos, antialérgicos y otros. El elemento común es una lágrima de mala calidad, escasa y que genera una inflamación de la superficie ocular, por ello es tan importante saber qué tipo de inflamación y con qué intensidad está produciéndose en cada paciente», precisa el doctor Vergés.

Esta técnica permite así saber si el caso de un paciente es por la alteración de las glándulas de Meibomio, una afectación que padecen el 90% de los pacientes con el síndrome de ojo seco, y poder poner remedio.

Para ello, obtienen la lágrima del ojo, mediante «una micropipeta que la recoge sin causar ningún dolor», precisa. En total, necesitan 100 microlitros.

Una vez obtenida, se congela y ya se puede realizar el test para detectar los genes sobreexpresados. «Todo el proceso hasta obtener los resultados tarda siete días, aunque en caso de necesidad se puede obtener en 24 horas», asegura el doctor Vergés.

Así, los médicos pueden mejorar la enfermedad del paciente al conocer el tipo de ojo seco y el tipo de inflamación que se da en cada caso.

«Parece una obviedad, pero es fundamental para conseguir su mejoría, ya que es una enfermedad que en muchos casos se cronifica y ocasiona alteraciones muy importantes en los pacientes, hasta ser la causa más importante de absentismo laboral», afirma el doctor.

«En general se trata con antinflamatorios, fármacos y las nuevas tecnologías como el IPL o el láser y al mismo tiempo, estabilizando hábitos nutricionales, ejercicio físico y mejorando la calidad del sueño. Estos factores tienen una gran importancia porque contribuyen a la cronificación de la enfermedad y a que no sean plenamente efectivas las terapias antiinflamatorias», recuerda.

Preguntado por si funcionan realmente las gotas de lágrima artificial en caso de esta patología, el doctor explica que «pueden ayudar, pero, no es suficiente, incluso pueden llegar a ser perjudiciales porque su uso crónico puede ocasionar efectos tóxicos».

«La buena noticia –prosigue– es que tenemos nuevos fármacos y nuevas tecnologías para mejorar a la mayoría de pacientes con ojo seco y también conocemos mejor los factores que se asocian al ojo seco y hemos aprendido que si combinamos los tratamientos específicos con la mejoría de los hábitos de vida como la nutrición, eliminar alcohol y tabaco, ejercicio físico (mejora los niveles de testosterona) y la calidad del sueño, en la mayoría de casos se consigue una mejoría significativa e incluso curar la enfermedad».

Una patología que «suele darse en pacientes mayores de 40 años», sobre todo «en mujeres, porque uno de los factores más importantes en la aparición del ojo seco se debe a cambios hormonales relacionados con la menopausia. Sabemos que la reducción de los niveles de testosterona es el factor principal y aunque también se da en los hombres, las mujeres son mucho más sensibles a estos cambios», detalla el doctor.

Ahora bien, «cada vez vemos más pacientes jóvenes, debido al uso excesivo de las pantallas de ordenador, ya que parpadean menos, y eso conlleva mayor exposición de la superficie ocular con el aire y que se vaya secando, y a ciertas medicaciones. Y es que en los jóvenes hemos visto que hay un mayor consumo de sustancias tóxicas que también alteran la película lagrimal (anfetaminas y similares, así como la mezcla con antidepresivos y relajantes musculares)», incide el experto.