Opinión

Las reuniones con el sector sanitario de Mónica García

Aunque debería ser inherente a Sanidad el diálogo permanente con médicos, enfermeras, auxiliares, farmacéuticos o industria farmacéutica y tecnológica no siempre ha sido así

Mónica García en el pleno del Congreso, reunido excepcionalmente en el Senado.
Mónica García en el pleno del Congreso, reunido excepcionalmente en el Senado.Alberto R. RoldánLa Razón

Aunque no estuvo especialmente afortunada a la hora de afrontar la epidemia de gripe que colapsó de pacientes la primaria y los hospitales estas navidades, la ministra Mónica García sí está acertando en un aspecto nada desdeñable, como es la interlocución con el sector y, más particularmente, con los representantes de las profesiones sanitarias.

Aunque debería ser inherente a dicha cartera el diálogo permanente con médicos, enfermeras, auxiliares, farmacéuticos o industria farmacéutica y tecnológica no siempre ha sido así. Ha habido algunos ministros sin formación sanitaria que mostraron miedo escénico a bajar al ruedo y debatir con interlocutores especializados sobre asuntos complejos como los precios de referencia de las medicinas, la deuda con los proveedores de equipos médicos, la elección en tiempo real de las plazas MIR o los avances de la prescripción enfermera, por poner solo algunos ejemplos. Generalmente, este miedo a adentrarse en las profundidades de lo sanitario ha sido siempre más intenso en ministros con formación jurídica o de otro tipo, ajena a la sanitaria.

Una de las ventajas de la actual ministra es que conoce el lenguaje de esos interlocutores por ser anestesista, lo que constituye un punto a su favor. También parece serlo su voluntad. Además de reunirse con organizaciones sanitarias del espectro izquierdista –algunas especializadas, por cierto, en atacar a Isabel Díaz Ayuso y callar de forma sumisa ante las negligencias sanitarias de algunas comunidades gobernadas por el PSOE–, Mónica García ha mantenido encuentros con los presidentes de los consejos generales y con los sindicatos profesionales. Desde luego, nada mejor que escucharles para solucionar luego sus problemas. Ojalá ocurra.