
Oncología
Sarcoma de Ewing: ya se logran supervivencias del 70%
Madrid acoge un encuentro con expertos internacionales sobre este raro tumor, un cáncer agresivo que afecta sobre todo a niños y adolescentes

Tratamiento en centros de referencia, abordaje mediante equipos multidisciplinares y un nuevo estándar de tratamiento son los puntos clave en el abordaje del sarcoma de Ewing. Así se señaló en el simposio internacional dedicado al sarcoma de Ewing organizado por la Fundación PharmaMar la semana pasada en Madrid y que reunió a más de 200 expertos de hospitales, centros de investigación y asociaciones de pacientes de 16 países.
El sarcoma de Ewing es un tumor raro y agresivo que aparece principalmente en huesos y tejidos blandos de niños, adolescentes y adultos jóvenes. «Afecta de manera predominante a niños, adolescentes y adultos jóvenes, con un pico de incidencia en torno a los 15 años. Es más frecuente en población de ascendencia europea y muy raro en la población africana o asiática. «Aunque supone una fracción pequeña de los cánceres pediátricos, su agresividad y la complejidad de tratamiento hacen que sea un reto de primer orden», explica el doctor Enrique de Álava, del Hospital Virgen del Rocío y la Universidad de Sevilla.
El encuentro reunió a algunos de los mayores especialistas del mundo para compartir los últimos avances científicos y clínicos, con el objetivo de poner en común conocimientos e impulsar nuevas líneas de colaboración que sigan mejorando el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
Organizado por la Fundación PharmaMar, reunió a más de 200 expertos de 16 países
Y si hablamos de cifras, cada año se diagnostican alrededor de tres casos de sarcoma de Ewing por millón de habitantes. En este sentido, una de las principales conclusiones del encuentro fue que, aunque se trata de un tumor que representa una fracción pequeña de los cánceres pediátricos, su agresividad y la complejidad del tratamiento hacen que sea un reto y una prioridad de primer nivel. Además, su baja incidencia dificulta la investigación, la realización de ensayos clínicos y, en consecuencia, la asignación de recursos.
Aunque se desconoce el motivo por el que afecta especialmente a este grupo de población, tal y como explicó el doctor Patrick Grohar, del Rogel Cancer Center de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), se cree que «dado que se trata de un periodo de enorme crecimiento para el individuo, permite que se formen tumores y se toleren mutaciones celulares que, en otras circunstancias, no serían viables».
Los expertos coincidieron en que en los últimos años se han conseguido avances significativos tanto en el conocimiento como en abordaje de la enfermedad. Sin embargo, los retos persisten, especialmente cuando esta se encuentra en estado metastásico.
Entre los avances, Álava destaca que los últimos estudios han identificado mecanismos clave en el desarrollo del tumor, lo que abre oportunidades a nuevas dianas terapéuticas: «El sarcoma de Ewing está caracterizado por una alteración genética muy concreta: la fusión de los genes EWSR1 y FLI1. Entender cómo funciona esta proteína de fusión nos está permitiendo descubrir vulnerabilidades del tumor, como que se vuelve más sensible a ciertos fármacos inhibidores o encontrar biomarcadores predictivos que guíen el abordaje».
Por su parte, el doctor Gregory Cote, del Mass General Hospital Cancer Center (de Estados Unidos), señala que, si bien, «en los últimos 40 años se han conseguido grandes progresos, hemos tocado techo en algunos aspectos. La combinación de estrategias terapéuticas ha permitido alcanzar tasas de supervivencia de hasta el 70% en niños y adultos jóvenes con enfermedad localizada, y en torno al 60% en pacientes mayores de 20 años. Sin embargo, los avances más allá de esas cifras se han estancado, y la supervivencia de los pacientes con enfermedad metastásica sigue siendo muy baja».
Nuevo estándar
Esto ha sido posible, tal y como explica el doctor Javier Martín Broto, de la Fundación Jiménez Díaz Health Research Institute, debido a la implantación de un nuevo paradigma respecto al tratamiento: «Hace un año se publicó el estudio que definió el estándar en primera línea (porque había dos diferentes según el país), pero hoy en día tenemos uno universal y esto es importante: el llamado VDC-IE. El estudio demostró que es mejor que el otro, y esto ya es un avance. Con este esquema logramos curar entre un 65-70% de los pacientes con sarcoma de Ewing».
Sin embargo, prosigue, «todavía queda un 35% de casos que no logran superar la enfermedad. De ahí surge el desafío de buscar nuevas estrategias, nuevas moléculas y conocer más profundamente los mecanismos básicos de la oncogénesis de esta enfermedad».
Otro aspecto que los expertos consideran de vital importancia es el de ofrecer una atención altamente especializada ya desde el diagnóstico en este tipo de tumor. «Este debe realizarse en centros con experiencia en sarcomas, y continúa con un tratamiento que necesariamente debe estar en manos de equipos multidisciplinares con experiencia contrastada en el manejo de esta enfermedad», subraya Broto. «Para los pacientes y sus familias, el mensaje fundamental es que el sarcoma de Ewing localizado tiene altas probabilidades de curación cuando se trata en centros especializados, aunque es cierto que las formas metastásicas siguen siendo un desafío. La recomendación es clara: acudir a centros de referencia donde se concentre la experiencia», coincide Álava.
En cuanto a los retos pendientes, continúa Álava, «para los investigadores, el futuro pasa por explotar las vulnerabilidades creadas por la fusión EWS-FLI1, desarrollar biomarcadores fiables que guíen el tratamiento y diseñar ensayos cooperativos que integren la biología molecular con las terapias innovadoras. Es un esfuerzo colectivo, pero cada vez disponemos de más herramientas para avanzar hacia un tratamiento más eficaz y personalizado».
«Necesitamos más apuesta y financiación para investigar. Creo que estamos en un buen momento porque, primero, tenemos un estándar ya, que no lo teníamos hace una década», añade Broto.
Sumar fuerzas
El simposio se ha posicionado como uno de los pocos encuentros dedicados exclusivamente al sarcoma de Ewing y poniendo en valor la colaboración internacional. «Para saber cómo abordar terapias efectivas para tratar enfermedades es muy importante conocer a nivel molecular lo que ocurre en las células de los pacientes, y por ello, desde la Fundación PharmaMar hemos reunido en este simposio a grandes expertos de Estados Unidos y Europa», resumió José María Fernández Sousa-Faro, presidente de la Fundación PharmaMar. Este encuentro se enmarca en el compromiso de la fundación de impulsar la investigación y divulgar la ciencia, contribuyendo al avance del conocimiento y al impulso de soluciones frente a enfermedades que aún plantean grandes retos.
«Para la comunidad científica es una ocasión de armonizar estrategias, comparar resultados, compartir modelos preclínicos y avanzar hacia ensayos cooperativos internacionales. Para la industria y los clínicos, es un espacio donde discutir cómo traducir los hallazgos biológicos en ensayos con potencial regulatorio. Y para los pacientes, representa una señal clara de que el campo se está moviendo con rapidez y coordinación, lo que acelera la llegada de terapias innovadoras», concluye Álava.
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