Nuevo hito
Un 90% de éxito: crean el test de sangre para detectar alzhéimer más prometedor del mundo
No solo acierta más que los médicos; puede transformar el diagnóstico temprano y ser accesible para millones de personas
Imagine un mundo donde el diagnóstico del alzhéimer no requiera la realización de pruebas invasivas, listas de espera o caras consultas con especialistas, sino que valga con una simple muestra de sangre tomada en un centro de Atención Primaria. Pues este sueño se está convirtiendo en realidad gracias a la labor de un equipo de investigadores de la Universidad de Lund en Suecia, cuyo innovador test de sangre ha demostrado una tasa de algo más del 90% de acierto en la detección de esta devastadora enfermedad.
En España se calcula que hay 900.000 personas con demencia y que en el 70% de las ocasiones ésta se debe al alzhéimer. Por el momento no hay cura y las opciones para retrasar los síntomas son limitadas. Por eso, y aunque en ocasiones no se le dé la importancia que merece, la prevención del alzhéimer es vital. De hecho, puede retrasar la aparición de esta patología en un 30% según los estudios de la Fundación Pasqual Maragall.
Por ello, contar con un test de sangre para detectar el alzhéimer de alta eficacia sería un avance de gran magnitud. Según los propios investigadores suecos, su desarrollo podría revolucionar el diagnóstico temprano de esta enfermedad neurológica. En el estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association, la prueba fue mucho más precisa que las evaluaciones que los médicos realizan en la actualidad para detectar la enfermedad de Alzheimer en personas con enfermedad en fase inicial.
La prueba, denominada APS2 (puntuación de probabilidad de amiloide 2), tuvo una precisión del 91% en el diagnóstico de Alzheimer en personas con deterioro cognitivo leve o demencia incipiente, frente al 61% de acierto de los médicos de atención primaria que examinaron a los mismos pacientes. Su funcionamiento se basa en medir los niveles de proteínas clave en la sangre que indican el desarrollo de esta patología.
Este test de alzheimer podría cambiar las reglas del juego
La prueba todavía no está aprobada para su uso rutinario en Atención Primaria. Pero la Dra. Teresa D'Amato, directora de medicina geriátrica de urgencias de Northwell Health en Forest Hills (Nueva York, EEUU), que no participó en el estudio, calificó los nuevos datos de «muy emocionantes». «Este análisis de sangre sería estupendo como primera ronda de pruebas diagnósticas porque parece bastante preciso», dijo.
La reciente aparición de fármacos que frenan el Alzheimer en sus fases más tempranas ha hecho más urgente la búsqueda de una prueba diagnóstica más fácil y precisa. «Es muy importante diagnosticar el Alzheimer muy pronto para que estas personas puedan optar a un posible tratamiento», afirma D'Amato.
Un análisis de sangre preciso y fácil de administrar para detectar el Alzheimer «podría cambiar las reglas del juego», según el equipo de expertos en demencia que escribió el editorial que acompaña a la investigación. «Diagnosticar el Alzheimer es difícil, sobre todo en Atención Primaria. Disponer de un análisis de sangre fiable es esencial para ayudar a los médicos de atención primaria a realizar un diagnóstico precoz y preciso», afirman los editorialistas.
Entre ellos se encientran el Dr. Stephen Salloway, de la Universidad de Brown, el Dr. Christopher Rowe, de la Universidad de Melbourne (Australia), y el Dr. Jeffrey Burns, del Centro Médico de la Universidad de Kansas. La nueva prueba fue desarrollada por un equipo dirigido por el Dr. Sebastian Palmquist, del Hospital Universitario de Skane y la Universidad de Lund, en Malmo (Suecia).
La nueva prueba se basa en los niveles sanguíneos relativos de dos tipos de proteínas cuya acumulación en el cerebro es desde hace tiempo una característica distintiva del Alzheimer: Los «ovillos» de Tau y las «placas» amiloides. En el estudio, 1.213 pacientes que experimentaban «síntomas cognitivos» fueron evaluados mediante un examen médico estándar de atención primaria o mediante el uso de la prueba APS2. La media de edad de los pacientes era de 74 años.
En general, el 23% presentaba «deterioro cognitivo subjetivo», el 44% «deterioro cognitivo leve» y el 33% ya había sido diagnosticado de demencia. Los pacientes fueron evaluados por médicos de atención primaria que se basaron en criterios estándar reconocidos internacionalmente, así como en tomografías computarizadas y pruebas cognitivas. Los pacientes también se sometieron al análisis de sangre APS2.
Los resultados de cada uno de estos métodos de cribado se compararon con las pruebas «patrón oro» del Alzheimer (pruebas de líquido cefalorraquídeo y escáneres PET para detectar amiloide y tau en el cerebro). Según el grupo de Palmquist, la ASPS2 tuvo una precisión del 91% en la detección de la enfermedad de Alzheimer, frente al 61% de los médicos de atención primaria. El análisis de sangre superó incluso a los especialistas en demencia: Éstos acertaron en un 73% de sus diagnósticos, frente al 91% de precisión del análisis de sangre.
Cuándo podremos ver esta prueba para el alzhéimer en consulta
De las dos proteínas que medía la prueba, la tau parecía ser, con diferencia, la más importante. De hecho, el equipo observó que las mediciones de la proteína tau por sí solas arrojaban una precisión igualmente alta (90%) en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, los tres autores del editorial subrayaron que aún quedaban cuestiones por resolver.
¿Sería la prueba lo bastante económica para utilizarla en las consultas médicas? ¿Obtendrá la aprobación de las Agencias de Salud? ¿Será eclipsada la prueba ASPS2 por otros análisis de sangre para el Alzheimer que también se están desarrollando? Aún así, «este estudio demuestra de forma convincente que las mediciones sanguíneas de alta sensibilidad de la enfermedad de Alzheimer pueden integrarse en el proceso de toma de decisiones clínicas, incluso en el ámbito de la atención primaria», escribieron.
«La forma en que creo que podemos imaginarlo es que alguien acuda [a su médico] con deterioro cognitivo», explicó D'Amato. «El médico haría todos los análisis de sangre habituales para descartar todas las demás causas de deterioro cognitivo y, además, enviaría estos nuevos análisis de sangre en busca de amiloide y tau. Y eso podría ser un examen de cribado». «Creo que si se utiliza correctamente podría ser un complemento interesante para diagnosticar el Alzheimer más pronto que tarde», afirmó.
Sin embargo, el equipo de Palmquist subrayó que un análisis de sangre nunca será el único medio de diagnosticar el Alzheimer en una fase temprana de su desarrollo. Esto se debe a que puede tardar años en desarrollarse en el cerebro y a que los síntomas que se asemejan a los de esta enfermedad también pueden deberse a otras afecciones. «Por tanto, una interpretación incorrecta de un resultado positivo de un biomarcador de la enfermedad de Alzheimer podría conducir a un infradiagnóstico de afecciones relativamente comunes distintas del Alzheimer», concluyen los autores del estudio.
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