Ayuda a la cooperación

El 0,7% de la renta nacional bruta, destinada a desarrollo

Aprobada la Ley de Cooperación en el Congreso con las ONG y cooperantes como máximos beneficiarios

La ONG Juntos por la Vida organiza el acogimiento familiar durante un mes y medio
La ONG Juntos por la Vida organiza el acogimiento familiar durante un mes y medioLa RazónLa Razón

El Congreso de los Diputados aprobó hoy por abrumadora mayoría la nueva Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, que fija la obligatoriedad de destinar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) a Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en el horizonte de 2030.

Los diputados han avalado las enmiendas introducidas en la Cámara Alta, donde el texto final salió adelante con el voto favorable del PP, que se abstuvo en primera instancia en la Cámara Baja, y el voto en contra de Vox.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha intervenido antes de la votación para agradecer a las ONG, las comunidades autónomas, los entes locales y sobre todo los cooperantes, que «dan lo mejor de sí mismos cada día e incluso se dejan su vida», citando el caso concreto de María Hernández, trabajadora de Médicos sin Fronteras (MSF) asesinada en Etiopía en 2021.

Albares dejó claro que la cooperación «es una prioridad para el Gobierno» puesto que «solo mediante ella podemos hacer frente a los grandes desafíos globales», entre los que ha citado la pobreza, el hambre o la desigualdad.

La cooperación, insistió el ministro, «es política útil para millones de personas en el mundo, para los españoles porque quieren la solidaridad y para España porque nos sitúa ahí donde nos quieren ver los españoles, ofreciendo soluciones a las grandes crisis globales”.

La portavoz del PP, Pilar Gázquez, señaló que «ahora tenemos que hacerla lo más eficaz posible, especialmente en materia de cooperación financiera», y añadió que el PP es «un partido de Estado» y siempre se comporta como tal, por ello respalda la nueva norma. «El voto va por los cooperantes y por las personas que están ahí fuera y nos necesitan», remarcó.

Desde Ciudadanos, su portavoz, Juan Ignacio López-Bas, lamentó que el papel del sector privado haya quedado «reducido al mínimo» en la nueva ley, aunque con todo ha considerado que la norma «es buena, aunque no la mejor, pero es un paso importante».

La única voz discordante fue la de Vox, que volvió a cuestionar el sentido de la ley. Su portavoz, Víctor Sánchez del Real, denunció que «la cooperación para el consenso progre» lo que hace es «exportar deseos, miedos y traumas» y los problemas del primer mundo. «Esto es colonialismo ideológico», esgrimió, denunciando que «están exportando ideología en lugar de curar el hambre, la sed y el frío» y se está olvidando la ayuda humanitaria.

Una de las ONG españolas principales, Manos Unidas, ha presentado su campaña anual, «Frenar la desigualdad está en tus manos».Durante los próximos doce meses, la ONG de la Iglesia católica va a centrar su trabajo en denunciar cómo la desigualdad se ha convertido en la mayor amenaza a nivel mundial y provoca que millones de seres humanos vivan en la pobreza.

La presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar Gracia, ha hecho mención a la «enorme brecha de desigualdad que separa a los más ricos de los más pobres y que, desgraciadamente, no deja de crecer. La riqueza no entiende de pandemias ni de crisis. Según Forbes la riqueza creció un 9,8 % en 2021 y el 1 % de las fortunas globales contaban con más del 45 % de la riqueza total. Y siempre encuentra la manera de crecer, aunque, tristemente, ese incremento no se refleja por igual en todos los seres humanos».

Por ello, 1.300 millones de personas sufren pobreza multidimensional, casi 700 millones viven en pobreza extrema y 828 millones pasan hambre en un mundo en el que «se tira la comida a espuertas».

Un dato que, como ha manifestado Cecilia Pilar, «debería avergonzarnos y mover nuestras conciencias hasta preguntarnos: ¿cómo podemos permitir que cada 9 segundos muera una persona de hambre? El hambre de esos millones de personas siempre parece ser cosa de otros… De otros que no parecen ser personas, sino números, datos y estadísticas…», asegura. «Porque la desesperación y la guerra no venden, a no ser que nos toquen de cerca. O que sean sus víctimas las que toquen a nuestras puertas, pidiendo asilo, compasión y, entonces, solo entonces, reaccionamos... ¡Y cómo reaccionamos!».