Coronavirus

El coronavirus dispara los “cafés de la muerte” virtuales

Son lugares de encuentro en los que hablar de cómo afrontar la llegada del final de la vida

Los "cafés de la muerte" son lugares de encuentro para tratar de hablar de cómo afrontar el final de la vida
Los "cafés de la muerte" son lugares de encuentro para tratar de hablar de cómo afrontar el final de la vidaDeathcafeDeathcafe

Los “cafés de la muerte” eran espacios en los que personas desconocidas se podían sentar para hablar abiertamente de un tema tan complicado como la muerte. Estos encuentros para hablar de algo tan incómodo para unos, doloroso para otros y angustioso para muchos, se hacían en ambientes relajados, alrededor de una mesa con té, café y pasteles.

Pero la extensión de la pandemia ha provocado que las personas interesadas en hablar de la muerte se hayan multiplicado exponencialmente y la demanda para la celebración de estas reuniones se dispararon. Como el encierro no las permitía, han tenido que buscar alternativas y la tecnología lo permite. Así que tanto en “Facebook” como en “Zoom” ha aumentado notablemente la oferta de este tipo de cafés, en este caso, con asistencia virtual.

Nicole Stanfield, que dirige el “café de la muerte” de Taunton en Somerset (Reino Unido), ha estado usando Zoom y utilizando Facebook para celebrar sus reuniones. “Los participantes quieren hablar sobre cómo ha cambiado el proceso de duelo y cómo planificar para el final de la vida”, afirma a Sky News. “Siento que la gente ahora tiene una mayor urgencia para hablar de la muerte, un concepto que ahora es menos abstracto después de escuchar todos los días en las noticias la cifra de muertos que provoca la pandemia”. “La gente se está dando cuenta de que deberían hablar y planificar su muerte mientras sea posible”, indica.

Según Caroline Dent, directora del café de la muerte de Finsbury Park de Londres, las reuniones on line están multiplicándose. “Todas están llenas y con lista de espera para cada café”. Para Dent, las principales preocupaciones de la gente son la propia muerte y el negocio que se mueve alrededor: “Hay mucha ansiedad porque la muerte nos rodea a todos y no discrimina”.

De hecho, los funerales están prohibidos y la única manera de poder celebrarlos es de manera virtual, como hizo Miriam Berger, quien perdió a su abuelo por coronavirus en marzo, y ofició el funeral a través de Zoom, con miembros de la familia conectados desde todo el mundo. Para Berger, ver a todas las personas allegadas en la misma pantalla creó una verdadera sensación de unión. Una forma de poder reunirse con 200 personas, a las que no puedes tocar, pero sí puedes sentir.