Investigación
Distinguir las formas graves de malaria para frenar su mortalidad
IsGlobal, un centro impulsado por la Fundación «laCaixa», estudia la enfermedad
La malaria sigue provocando la muerte de demasiados niños en África. Para lograr reducir su mortalidad es muy importante identificar y tratar lo más rápidamente posible a la población infantil de edades tempranas que sufre formas graves de la enfermedad, pero es algo complicado, porque al principio de la infección no siempre resulta fácil distinguir entre los síntomas de la enfermedad que no va a tener complicaciones y la que comporta riesgo para la vida.
Una de las particularidades de la malaria grave es el secuestro de glóbulos rojos infectados con el parásito de la malaria en órganos vitales como pulmones, riñones o cerebro. Así, les produce daños y provoca la liberación de pequeñas moléculas llamadas microARN (miARN) a los fluidos corporales, como la sangre.
En este contexto, un equipo de investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación «laCaixa», puso en marcha un estudio, en colaboración con el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique), para comprobar «si los niveles de miARN en plasma se expresarían de manera diferente en niños y niñas con malaria grave y en niños y niñas con malaria no complicada debido al secuestro de los parásitos en los órganos vitales», explica Alfredo Mayor, investigador en ISGlobal y coordinador del estudio.
En el marco de este proyecto se usó primero una técnica de secuenciación avanzada para identificar los miARN liberados por las células endoteliales del cerebro humano al ser expuestas a glóbulos rojos infectados con el parásito de la malaria. A continuación, se midió la expresión de estos miARN en muestras de sangre de niñas y niños de Mozambique con malaria grave o no complicada. El resultado fue que seis de los miARN identificados eran más altos en los menores que sufrían malaria grave. Además, uno de estos miARN, que se expresa en una variedad de tejidos, también se relacionó con la cantidad de una proteína derivada del parásito llamado HRP2.
Así pues, tal y como indica el primer autor del estudio, Himanshu Gupta, estos resultados «sugieren que cantidades cada vez mayores de parásitos asociados con el secuestro de parásitos pueden conducir a niveles más altos de secreción de este mi ARN por los tejidos dañados». Por su parte, Mayor constata que «los resultados indican que los diferentes eventos patológicos en la malaria grave y en la no complicada llevan a una expresión diferente de miARN en plasma», de manera que estos miARN podrían usarse como biomarcadores de pronóstico de la enfermedad, aunque, como puntualiza Mayor, “se necesitan estudios más amplios para validarlo”.
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