Vacunación

La UE aprieta a Astrazeneca para que cumpla el contrato

Sospecha que el laboratorio deriva dosis a países que pagan más

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Continúa la batalla. Hoy, las autoridades europeas se reunirán de nuevo con representantes del laboratorio AstraZeneca, después de que en las citas anteriores las razones de la farmacéutica para justificar el retraso en el reparto no convencieran a Bruselas. El Ejecutivo comunitario exige que los laboratorios suministren cuánto antes las dosis ya comprometidos en los contratos de compra suscritos con los laboratorios europeos.

La Comisión Europea quiere que AstraZeneca presente a los Gobiernos un plan detallado sobre las siguientes entregas de viales, ante la sospecha de que la compañía está desviando dosis ya reservadas a los países europeos. Bruselas no lo dice con claridad, pero la hipótesis más plausible es que el laboratorio esté priorizando la entrega a otros estados que estén ofreciendo un precio más elevado, vendiendo de esta forma al mejor postor.

«La Unión Europea y otros han dedicado grandes sumas de dinero a construir capacidades de investigación e instalaciones de producción. Europa ha invertido miles de millones en desarrollar las primeras vacunas contra la Covid-19. Ahora, las empresas tienen que cumplir», dijo Úrsula von der Leyen en su discurso virtual en el Foro de Davos.

Bruselas ha firmado un total de seis contratos con empresas farmacéuticas y sigue en contacto con otras dos. En estos convenios que fijan las condiciones de compra de la vacuna, Bruselas se comprometía a adelantar una suma de dinero por esta reserva, ante el riesgo de que algunas de estas vacunas no resultaran exitosas y no acabarán recibiendo la luz verde de las autoridades comunitarias para su comercialización. Según volvieron a explicar ayer los portavoces comunitarios, la Comisión Europea eligió a los diferentes laboratorios no sólo teniendo en cuenta sus posibilidades para desarrollar un antídoto eficaz y seguro sino también su capacidad para emprender una producción masiva. Por eso, en los contratos también aparecen negro sobre blanco los diferentes plazos de entrega y cantidades de dosis. «Firmamos un contrato con AstraZeneca en agosto. Los Estados empezaron a presentar sus pedidos en octubre. Y estamos a finales de enero. Pensamos que las dosis deberían estad disponibles en cuanto la autorización de la comercialización sea recomendada por la Agencia del Medicamento», explicó Eric Mamer, portavoz de Von der Leyen.

El acuerdo de la UE con AstraZeneca estipula la adquisición de 300 millones de dosis de vacunas y abre la puerta a la compra de otros 100 millones más. Se espera que este viernes las Agencia Europea del Medicamento de luz verde al antídoto desarrollado por este laboratorio en colaboración con la universidad de Oxford. Hasta ahora, las autoridades comunitarios han avalado las vacunas de Pfizer (también con problemas de retrasos en el suministro por cambios en la producción) y el de Moderna.

Además, Bruselas espera que para finales de esta semana esté listo un nuevo mecanismo que obligará a los laboratorios a notificar de manera previa sus exportaciones de vacunas fuera del territorio europeo, con el objetivo de comprobar si efectivamente se están desviando dosis pertenecientes al club comunitario. Quedarán exentas de este régimen las exportaciones con motivos humanitarios. Si estas medidas no dan resultado, la Comisión Europea se guarda la posibilidad de emprender acciones legales, pero se desconoce el margen de maniobra de los gobiernos europeos ya que los contratos firmados con las compañías son secretos.

Las diferencias en el reparto de vacunas no sólo están poniendo en peligro la salud y la recuperación económica en los países europeos sino que también amenazan con ocasionar tensiones diplomáticas. Nadhi, Zahawi, el ministro británico responsable de la campaña de vacunación se mostró ayer en contra de la estrategia europea sobre el control de las exportaciones. Para Zahawi, “el nacionalismo de las vacuna es el camino equivocado. Nadie está a salvo hasta que todos estemos seguros”. Las diferencias en el ritmo de vacunación son palpables. Mientras en Reino Unido el 10% de la población ha recibido el antídoto y en Israel este porcentaje supera el 35%, en la Unión Europea todavía no ha llegado al 2% de la población.