Salud
Aumentan las consultas de padres preocupados por el tamaño del pene de sus hijos
Varios informes en Estados Unidos apuntan a que tóxicos como los ftalatos podrían causar diferentes tipos de malformaciones genitales
La preocupación sobre el posible efecto de los tóxicos en la formación de los genitales ha provocado un incremento de las consultas médicas sobre el tamaño del pene de los niños. Estudios del Institut Marquès de Cataluña han demostrado la relación entre los tóxicos ambientales y el incremento de la mala calidad del esperma en nuestro país. En España, aún no existen datos que confirmen que la contaminación ambiental podría estar también afectando el desarrollo de los genitales masculinos durante la gestación.
Sin embargo, en Estados Unidos ya se han difundido algunos informes al respecto apuntando que tóxicos como los ftalatos podrían causar diferentes tipos de malformaciones genitales. Uno de los posibles efectos que podría causar la contaminación ambiental, según apuntan estas publicaciones americanas, es la reducción del tamaño del pene. El servicio de andrología del centro barcelonés ha detectado un aumento de consultas de padres preocupados por el tamaño del pene de sus hijos.
Pene pequeño o micropene
El pene de un niño al nacer debe medir en torno a 3,5 cm (entre 3,1 y 3,9 cm como límites inferior y superior de normalidad). Se habla de micropene cuando es menor de 2,6 cm, aunque no debe confundirse con el falso micropene o pseudomicropene (pene enterrado en la grasa púbica, pene palmeado o pene atrapado dentro del escroto, por ejemplo).
Hasta que el niño cumple once años, la longitud de su pene tiene muy poca variación. A partir de los doce años, cuando comienzan los cambios puberales, el pene duplica su longitud; los límites inferior y superior de normalidad se multiplican por cuatro. El tamaño debe valorarse según la edad ósea y no por la edad cronológica.
*La diferenciación de los genitales externos se produce entre la sexta y la octava semana de gestación. En ese momento, las gónadas indiferenciadas evolucionan a testículos en respuesta a una serie de hormonas necesarias para el desarrollo de los genitales externos. Si durante esta etapa del desarrollo embrionario se produce un déficit hormonal, ello podrá dar lugar a un feto con genitales ambiguos o con micropene”, señala el Institut Marquès.
Visita al Andrólogo
La única forma de diagnosticar un verdadero caso de micropene es mediante una visita al andrólogo quien realizará una exploración médica y prescribirá las pruebas que se puedan considerar necesarias como el estudio del cariotipo y la medición de los niveles hormonales de FSH, LH y testosterona u otras determinaciones hormonales. Determinados casos requieren un tratamiento endocrinológico. En centro señala que el micropene puede asociarse a “otro tipo de malformaciones testiculares o de la uretra que pueden corregirse con cirugía”.
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