Volcanes
Estos son los más grandes monstruos de lava del mundo
La geología terrestre ha dado lugar a volcanes que en algún momento llegaron a arrojar más de 1.000 kilómetros cúbicos de magma
En lo que se refiere exclusivamente a la geología del planeta, los volcanes no son siempre los malos de la historia. Sin ellos, sobre todo los submarinos, la mayor parte del agua de la Tierra todavía estaría atrapada en la corteza y el manto. Las primeras erupciones volcánicas propiciaron la existencia de nuestra atmósfera y se cree que la vida nació directamente impulsada por las chimeneas submarinas de ciertos volcanes sumergidos. También hay que tener en cuenta que sin los volcanes tendríamos un planeta con mucha menos tierra y menos fértil en algunas regiones. Pero esos son los volcanes «normales», porque la geología planetaria también ha creado monstruos que conocemos como supervolcanes. Este término implica un centro volcánico que, a lo largo de su historia, ha tenido una erupción de magnitud 8 en el Índice de Explosividad Volcánica (VEI por sus siglas en inglés), lo que significa que en un momento dado hizo erupción más de 1.000 kilómetros cúbicos de material, lo que supera en más de 100 veces el contenido del lago Sanabria, el más grande de España.
Los eventos explosivos de esta magnitud producen tanto magma que se forma una región en la que se almacena y se conoce como caldera. Hace poco más de 2 millones de años, el supervolcán Yellowstone produjo una erupción con un volumen de 2.450 kilómetros cúbicos. Otros volcanes que también han sobrepasado, en el pasado, el 8 en el índice VEI incluyen Long Valley en el este de California, Valles Caldera en Nuevo México, Toba en Indonesia y Taupo en Nueva Zelanda. Taupo entró en erupción hace 22.600 años y es una de las supererupciones más recientes en la Tierra, con un volumen de aproximadamente 1.130 kilómetros cúbicos. La del Lago Toba, por su parte, generó tanta ceniza que provocó un invierno global durante 5 años.
La energía liberada por estas bestias es enorme. En La Garita (California) se produjo una erupción volcánica VEI 8 hace 20 millones de años. El análisis de los restos fósiles, las rocas y las cenizas halladas a cientos de kilómetros de distancia, ha permitido deducir cuan fuerte fue dicha erupción. La energía liberada durante la explosión fue 5.000 veces más potente que la bomba Tsar, la bomba más destructiva creada por el ser humano hasta la fecha.
Pero, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), de las más de 5.000 erupciones con un índice VEI asignado que tuvieron lugar durante los últimos diez mil años, ni una sola se clasificó como VEI 8. Si bien docenas de volcanes pueden estar en erupción en todo el mundo en un día determinado, los científicos han identificado solo 42 erupciones que clasificaron un VEI 8 (o un máximo de 7) en los últimos 36 millones de años.
Si bien este tipo de megavolcanes pueden estar en cualquier parte del mundo (el mayor volcán del planeta es el Tamu Massif, se encuentra en el Pacífico Norte y mide más de medio millón de kilómetros cuadrados: básicamente es más grande que España), la mayoría de ellos se encuentran en los límites de las placas tectónicas del planeta. Y en particular en la región conocida como anillo de fuego: un círculo en el océano Pacífico que abarca los Andes, California, Hawaii, Nueva Zelanda y Japón.
Algunos volcanes, como el Toba en Indonesia, pueden formarse a lo largo de zonas de subducción, es decir, donde una placa tectónica se hunde debajo de otra. A medida que la masa de tierra descendente se hunde profundamente bajo tierra, las temperaturas y las presiones suben, lo que hace que el agua salga de las rocas. Ese agua reduce el punto de fusión de las rocas suprayacentes, formando magma que puede alimentar futuras erupciones.
Independientemente de cómo se forme el magma, sin embargo, un volcán necesita mucho para producir una súper erupción, no se trata solo de la ubicación, también influyen factores como las cámaras de lava. A medida que se acumula el magma, aumenta la presión en la cavidad. Una súper erupción requiere toneladas de presión para arrojar las rocas fundida a través de la superficie.
Lo más importante a tener en cuenta sobre las erupciones modernas es que las agencias de todo el mundo están vigilando de cerca a los supervolcanes como Yellowstone, monitoreando todos sus movimientos. Gracias a los instrumentos y los sensores que controlan los mínimos movimientos y variables los expertos pueden calcular con mayor precisión las posibilidades de un nuevo mega evento.
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