Entrevista

«Para envejecer bien es fundamental asumir la edad que uno tiene»

El psiquiatra Benito Peral ofrece una serie de reflexiones sinceras y serenas para convivir mejor con uno mismo y con los demás en su libro «Psicología urgente para la vida cotidiana»

Peral ha escrito varios libros sobre Psicología, Psiquiatría y Filosofía
Peral ha escrito varios libros sobre Psicología, Psiquiatría y FilosofíaGonzalo Pérez MataLa Razón

El psiquiatra Benito Peral ha volcado su experiencia en un manual para ayudarnos a convivir con nosotros mismos y con los que nos rodean. En él no ofrece pautas «mágicas», sino reflexiones sinceras y calmadas sobre los desafíos del mundo actual, y que se puede consultar en cualquier momento en época de zozobra.

-«En el arte de amargarnos la vida casi todos los humanos somos auténticos virtuosos», dice en una frase que me ha llamado mucho la atención. ¿Por qué?

-En efecto, los humanos solemos practicar el arte de amargarnos la vida. Con frecuencia nos preocupamos por cosas nimias o vivimos con temores infundados o tenemos prejuicios insanos. Las personas sencillas suelen ser más felices porque no suelen caer en ese error de complicarse la vida, pero para la mayoría nos resulta difícil ser sencillos y acabamos haciendo difícil lo fácil.

-Siendo como somos seres sociales, ¿por qué son tan complicadas las relaciones?

-Los humanos somos seres sociales, como otras muchas especies en la Naturaleza. Pero a diferencia de los animales, nosotros somos muy distintos unos a otros. En el mundo animal los individuos de cada especie son muy similares y resulta fácil prever su conducta, pero en nuestra especie cada individuo es una variación y eso complica la convivencia. Como suele decirse cada cual es de su padre y de su madre. Si a esto añadimos las diferencias psicológicas, sociales, culturales y de género la dificultad se eleva al cubo.

-¿Qué lecciones nos ha dado la pandemia?

-La pandemia nos ha enseñado mucho. El dolor es uno de los grandes maestros de la vida. Aprendemos más de las desgracias que de las alegrías, más de los errores que de los éxitos. Hoy valoramos más cosas tan sencillas como pasear, salir con los amigos, darnos la mano o abrazar a un ser querido. Sólo valoramos realmente las cosas cuando las perdemos. La pandemia también nos ha enseñado lo vulnerables que somos, ha sido y está siendo aún una cura de humildad.

-«Hay que hacer bueno el camino tomado» en nuestra vida. ¿Cómo lo logramos?

-La vida se vive hacia adelante, no podemos volver atrás. Cuando uno ha tomado una decisión y está en un camino determinado, no conviene mirar atrás y lamentarse, lo más sensato es hacer todo lo posible para hacer bueno el camino tomado. ¿Cómo? Depende del ámbito. En lo profesional, por ejemplo, trabajando, aprendiendo, esforzándose en adquirir experiencia, sabiendo que uno acaba siendo experto en lo que practica.

-¿Cómo mantenemos la salud mental en el día a día?

-La salud mental debería estar más presente, es obvio que no le prestamos la suficiente atención y que nuestro estilo de vida no la favorece. Pero no es sólo cuestión de prisas y estrés, la salud tiene que ver también con aspectos mucho más profundos. Vivimos en una sociedad donde impera la superficialidad, el tener sobre el ser, somos prisioneros de lo superfluo. Nos empeñamos en divertirnos como sea y estar contentos a toda costa, cuando la felicidad es un “ser” más que un “estar”.

-Con la edad ¿aprendemos o desaprendemos? ¿Qué ayuda a envejecer «con dignidad»?

-Para envejecer bien es fundamental asumir la edad que uno tiene, no andar inútilmente peleando contra las arrugas. Creo que nuestra sociedad está fascinada con la juventud y no aprovecha la sabiduría de los mayores. Esto tendrá que cambiar porque cada vez vamos a tener más mayores y cada vez tendrán mayor peso. Nuestros mayores merecen mucha más atención y nuestra sociedad tiene que seguir contando con ellos y no arrinconarles. Si no lo hacemos en el pecado llevaremos la penitencia, porque estaremos renunciando a la sabiduría de vida que sólo ellos pueden poseer.

-¿La religión tiene cabida en la psicología?

-La religión tiene una importancia grande en la Psicología de los pueblos y de las personas. Es un tema que trato en el libro. No es lo mismo para la psicología individual y colectiva tener la religión que tenían en la Grecia Clásica, en la que los dioses eran seres muy humanos que vivían en el piso de arriba; que la religión de los aztecas cuyos dioses padecían una especie de hemofilia y había que satisfacerlos con sacrificios humanos; que la religión cristiana que cree en el Dios-Padre de la parábola del hijo pródigo, un dios que perdona y acoge. La manera de estar en el mundo es distinta según sean nuestras creencias.

-¿Qué consejos daría para una vida feliz ?

- La felicidad es una palabra demasiado grande y no me atrevería con ella. Pero hay cosas que nos acercan a ella. Vivir en el presente, aprendiendo del pasado y con un proyecto digno de futuro; disfrutar de lo que se tiene y contener los deseos, no es más feliz quien más tiene sino quien menos precisa; esforzarse por llegar a ser uno mismo, en su mejor versión, empeñarse en ser cada día, en el mejor sentido de la palabra, bueno; y amar que es la necesidad de salir de uno mismo.