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Tribunales

Ardines, sobre su asesino: “Sabía que me estaba grabando. No tuvo huevos de venir a hablar conmigo”

Hoy han declarado los forenses que practicaron la autopsia al cadáver del concejal de Llanes

Katia Blanco, Javier Ardines y Pedro Nieva en una fiesta de prao FotoLa Razón

Hoy se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Oviedo la última sesión del juicio por el crimen de Javier Ardines en la que se ha practicado prueba. Las próximas sesiones ya estarán dedicadas a la lectura de las conclusiones definitivas del Ministerio Público, la acusación particular y las defensas de los cuatro acusados. Pero la mañana de hoy ha estado marcada principalmente por la declaración de los dos forenses que practicaron la autopsia al cadáver del concejal. María Elena Brea Pastor y José Manuel Serrano Hernández, médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Asturias, fueron los encargados de estudiar las lesiones que provocaron la muerte de Javier. La fiscal comenzó preguntando la data concreta de la muerte y el médico fue tajante: “El mito de las pelis de que ponen el termómetro y dice: “Murió a las 6:22″, dices: ese es el malo (de la película) porque solo la persona que está allí puede precisar la muerte. La realidad es que son estimaciones y siempre hay error”, ha explicado. Lo que sí es cierto, reconoce el médico es que “cuanto antes se reconozca un cadáver, ese error será más pequeño”.

Asfixia y golpe en la cabeza

Los forenses fijaron la muerte de Ardines en una horquilla aproximada entre las 6:15 y 6:40 horas a causa, según ha explicado, de un “shock”. “El shock es un fallo en el sistema cardiocirculatorio, en este caso por dos componentes: compresión bilateral carótida en el cuello y hemorragia intracraneal”.

Esa compresión bilateral de la carótida es, en términos más populares, el estrangulamiento que uno de los sicarios practicó a la víctima antes de irse. Según han explicado los profesionales no fue con los dedos porque habría dejado alguna lesión en la piel y podría ser más compatible con un brazo. “Fue por los dos lados del cuello y con fractura del hueso hioides”, aseguró Brea.

El golpe en la cabeza, por su parte, fue por detrás, en la zona parietopcipital con un objeto romo, “relativamente pesado y sin aristas ni salientes porque la piel no tiene daños”. Serrano, por su parte, explicó que el golpe que recibió fue “suficientemente fuerte como para dejarlo, sino inconsciente, sí con una conmoción cerebral y bajada de presión arterial importante”. “Después del golpe, no estaba en sus plenas capacidades”, aclaró y, a respuesta de la defensa de uno de los letrados de los sicarios, explicó que sí tenían que ser “conscientes del daño provocado” aunque no necesariamente de su muerte.

Fracturó una de las zonas más resistentes del cráneo

Además, Serrano especificó que el golpe tuvo que ser “con ganas” como para llegar a fracturar “una de las zonas más resistentes del cráneo”. Además de la fractura, la hemorragia cerebral causó hematomas en la cara de Ardines, sobre todo en la zona de los ojos. Los labios, que también los tenía partidos fueron a consecuencia, según el estudio forense, de un golpe anterior a su caída, como un puñetazo y no a causa de la caída al suelo.

Sobre las 13:25 horas de aquel 16 de agosto de 2018 se produjo el levantamiento del cadáver del concejal y en el estudio posterior se determinó tenía manchas oleosas (del gas pimienta con el que le aturdieron) en la ropa y las piernas.

El abogado de Pedro Nieva, el presunto inductor del crimen, trató de centrar las preguntas a los forenses para determinar que tenía lesiones compatibles con un ataque de frente para tratar de quitar la alevosía del asesinato e intentar demostrar que Ardines sí tuvo posibilidad de defensa.

Conversaciones de WhatsApp borradas

También ha declarado el agente de la Guardia Civil que analizó los móviles del concejal: tres terminales y una tablet. Uno de los teléfonos estaba bloqueado y otro encriptado por lo que de primeras solo pudieron analizar un Aquaris X5 y la tablet. De ahí detectaron varias conversaciones de WhatsApp borradas con Beatriz, Vanessa y Katia. El 14 de agosto, dos días antes de su muerte bloqueó a Katia y a “Pedro Katia”, es decir, a Pedro Nieva, su presunto asesino. Entre ellos consta una conversación de 21 minutos de Pedro a Ardines el 6 de agosto a las 15:17 horas y luego otra de Ardines a Pedro de 13 minutos. Entonces Pedro ya había mandado el audio que probaba la supuesta infidelidad a la propia mujer de Ardines, Nuria, y a su hija Alba.

“Es una casa de grillos”

Precisamente con ella, con su hija, tuvo una conversación de WhatsApp ese mismo día por la noche. Sobre las 22:00 horas del 5 de agosto Alba le comentó a su padre lo que Pedro le había enviado y él le acabó diciendo: “No te preocupes que sabía que me estaba grabando y no era la primera vez ya. Y si no fuera en plan de coña a nadie medio normal se le ocurre tener una conversación así en medio de un bar y menos a voces, que se escucha bien las que da ella. Te lo iba a contar, que es algo largo. Y si se están separando ni idea. Sé que es una casa de grillos pero si quiere pasearse de cornudo por ahí se equivoca. Ya hablamos. De todas formas no tuvo huevos en casi un año de hablar conmigo. Se lo aclaro todo sin problema”.