Guerra
Cruz Roja trabaja en la integración de las familias ucranianas en la sociedad
El voluntariado construye para el futuro: identificación de alojamientos, acompañamiento individualizado en su proceso de adaptación, y acciones dirigidas a la mejora de su empleabilidad forman parte de la labor integral de atención a las necesidades
Más de 3.500 personas voluntarias de Cruz Roja colaboran con la Institución en la atención, en todos los sentidos, de la población ucraniana llegada a España, desde la primera atención y cobertura de sus necesidades básicas de alimentación o alivio emocional, hasta los traslados hasta los recursos de alojamiento, asistencia jurídica o ludoteca para menores.
Son 18 los proyectos que Cruz Roja tiene en marcha para dar respuesta a todas las necesidades que se han detectado en la población desplazada, y más de 9.000 los voluntarios y voluntarias dispuestas para ayudar en todo lo necesario, y que forman parte de la red de voluntariado que conforman más de 250.000 personas a nivel nacional en sus proyectos habituales. Por primera vez, la nacionalidad ucraniana (tras la española) es la más numerosa entre el voluntariado de Cruz Roja que participa en la operación ‘Crisis Ucrania’, muestra de la movilización de esta población residente en España para ayudar a sus compatriotas.
A día de hoy, Cruz Roja ya trabaja en la integración de la población llegada de Ucrania: identificando viviendas para aquellas que puedan pasar a una fase de mayor autonomía en un nuevo barrio en el que se les ayuda a crear nuevas redes de contacto: “se les acompaña al nuevo colegio, a conocer el barrio e incluso a donde pueden ir a comprar el pan”, explica Moisés Benítez, director de Voluntariado de Cruz Roja. Este acompañamiento individualizado caracteriza a Cruz Roja, que se preocupa del largo plazo de la estancia de las personas que han salido de Ucrania con planes de inserción que incluyen el aprendizaje del idioma o los planes de empleo específicos, sin dejar a un lado las ayudas directas o sociales que necesiten. Además, para que puedan desarrollar una nueva vida en condiciones dignas y que se adapten a sus necesidades, el voluntariado identifica viviendas que cumplan con mínimos de accesibilidad, comunicaciones, cercanía a servicios educativos o sanitarios, y, en definitiva, con acceso a todos los recursos básicos que necesiten.
La primera atención de las personas refugiadas
La antelación en la preparación de Cruz Roja de recursos y organización de posible voluntariado en el mes de febrero, ha permitido optimizar la respuesta y estar en activo para todos los escenarios que pudieran ser posibles, incluido el que vivimos en el día de hoy. Ejemplo de ello ha sido que 200 personas de habla y origen ucraniano estaban prestando su ayuda desde el momento en que escaló el conflicto en Ucrania, “en todos los puntos de llegada, Cruz Roja les atiende en su propio idioma con personal voluntario” señala Benítez. A las 390 personas identificadas con este mismo perfil, se suman las 900 que hablan ruso, también en activo o preparadas para su activación.
Este voluntariado, además, es un voluntariado “formado, que conoce el procedimiento, entiende las necesidades y respeta los tiempos de las personas a su llegada. Además, tiene desde el primer momento como objetivo final la autonomía personal de la persona atendida, no sólo la cobertura de sus necesidades inmediatas”.
La primera acogida de personas refugiadas es muy importante, más allá de por lo que supone tener un lugar de alojamiento en el país, es importante que se les explique y comprendan cómo funciona el Sistema de Acogida e Integración, dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, “deben conocer sus derechos y cómo funciona todo el trámite administrativo para garantizar y poder acceder a todo tipo de ayudas”. Más allá de esa primera fase de atención, el objetivo de Cruz Roja es que las personas comiencen, lo antes posible, a hacer su vida en España, “y para eso necesitan una vivienda estable, un trabajo o conocer el idioma”, algo para lo que se les prepara con formación, orientación socio laboral, ayudas económicas, atención jurídica y psicológica o aprendizaje del idioma.
En este contexto, es importante destacar el impacto emocional que supone cualquier trayecto migratorio, especialmente en contextos de crisis, y cómo puede afectar a madres e hijos que llegan a día de hoy a los diferentes dispositivos de la geografía española el hecho de que sus parejas y padres puedan perder la vida en el conflicto, “esas necesidades son importante tenerlas en cuenta, y a largo plazo hay que atenderlas también. Por eso, el voluntariado de Cruz Roja apoya también estas necesidades de acompañamiento. De hecho, las personas que participan en esta actividad de Cruz Roja tienen experiencia en situaciones similares anteriores, “han participado en dispositivos como el de la llegada de personas refugiadas afganas, o con la atención a personas sirias, subsaharianas o magrebíes, que han pasado por la solicitud de protección internacional anteriormente”.
No obstante, Cruz Roja ha recibido numerosas solicitudes de personas interesadas en formar parte de la Institución, las cuales se preparan para poder incorporarse, si fuera necesario, en el corto o largo plazo. Son más de 4.000 las personas voluntarias de nueva incorporación a Cruz Roja y más de 50.000 horas de dedicación las que ya se han consumado en estas primeras semanas de emergencia.
Software español para la organización voluntaria internacional
Cruz Roja Española está detrás del desarrollo e implantación de un nuevo software informático para la gestión del voluntariado convergente, es decir, todas esas iniciativas externas al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja que llegan ofreciendo su solidaridad a los países afectados, y que es necesario organizar de forma adecuada para que sea eficaz y se puedan aprovechar todos los recursos, “estamos elaborando el software y tenemos a una delegada para que se pueda organizar al voluntariado de forma adecuada, además de contar con un equipo remoto desde España. Sólo de esta manera podemos monitorizar lo que se necesita, y contrastarlo con lo que se puede ofrecer, y así, conseguimos dar solución a todas las situaciones”, destaca Moisés Benítez, quién además recuerda que “la ayuda desorganizada puede ser un problema más en la emergencia Por ello, es importante que todas las iniciativas solidarias, vengan del país que vengan, sean asociaciones, organizaciones o personas individuales ofreciendo su ayuda estén monitorizadas, registradas y organizadas para su correcta coordinación y funcionamiento dentro del Sistema de Acogida e Integración de personas solicitantes y beneficiarias de Protección Internacional.
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