Consejos

Vacaciones a la vista: ¿dónde dejo a mi mascota si no la puedo llevar de viaje?

Familiares o amigos y residencias, las soluciones más frecuentes

Si un perro agacha las orejas, mete el rabo entre las piernas o intenta colocarse tras las piernas de su dueño, nos está diciendo que tiene miedo | Fuente: Dreamstime
Si un perro agacha las orejas, mete el rabo entre las piernas o intenta colocarse tras las piernas de su dueño, nos está diciendo que tiene miedo | Fuente: DreamstimeDreamstime

Se acerca el momento de dejar a un lado el trabajo, las obligaciones, los deberes, las clases... y ponerse manos a la obra en todo lo referente a hobbies, juegos, deportes... las vacaciones son la ocasión perfecta para disfrutar en compañía de la familia y de los amigos.

Por el número de abandonos que se producen todos los años en nuestro país –seguimos siendo el país de la Unión Europea con mayor número–, podríamos pensar que demasiados presuntos racionales no consideran VERDADEROS AMIGOS a sus compañeros no racionales.

Aunque sigue sin ser del todo fácil, por fortuna, cada vez es más sencillo poder encontrar hoteles, albergues, casas rurales, que permiten nuestra estancia acompañados de nuestro incondicional amigo… Pero, ¿y si no encontramos la forma de que nos acompañen qué podemos hacer con ellos en esos días?

- FAMILIA Y AMIGOS: Si queremos irnos de vacaciones pero no encontramos forma alguna de que nuestro perro nos acompañe, y nos planteamos la posibilidad de que algún familiar o amigo se responsabilice de nuestro animal de compañía... ¡hay problemas potenciales a la vista!

La realidad nos demuestra que estas situaciones han acabado con largas amistades y puesto en serias dificultades las relaciones de las más estables familias.

El perro suele ponerse malo o sufrir la situación más increíble cuando los dueños se lo dejan a los amigos o a los familiares...

-LAS RESIDENCIAS: estos establecimientos tienen como principal función el cuidado y mantenimiento de un animal durante el período que el humano responsable requiera.

Todos estos negocios deben cumplir con una serie de condiciones antes, durante y después de su creación: normativas y ordenanzas de Urbanismo, creación de núcleo zoológico, supervisión veterinaria...

Una buena residencia debe exigirnos que el animal esté vacunado y desparasitado (con la cartilla en regla), e identificado si así lo indica la normativa de la Comunidad Autónoma en la que esté. Además, nos deben consultar el tipo de alimento que consume el animal, su carácter, posibles patologías... debemos desconfiar de aquella residencia que no nos ponga el más mínimo problema a la hora de recoger a nuestro perro.

Lo más recomendable, antes de dejar a nuestro compañero en una residencia, es visitarla, ver cómo funciona, no fiarnos de recomendaciones ni de comentarios... ir a verla en persona y observar.

Y nunca olvidemos que el perro jamás estará como en casa... puede estar perfectamente cuidado y atendido... pero jamás estará como con su familia.