Opinión

Una reforma lenta

El Papa Francisco en la audiencia del pasado viernes en el Vaticano
El Papa Francisco en la audiencia del pasado viernes en el VaticanoAndrew MedichiniAgencia AP

Se cumplen estos días nueve años de la primera reunión del llamado C9, es decir el grupo de nueve cardenales que, apenas elegido, Francisco convocó para ayudarle en el gobierno de la Iglesia universal y más en concreto en la reforma de la Curia Romana.

A lo largo de los años se han reunido más de cincuenta veces siempre presididos por el Papa y trabajado con cierta parsimonia hasta elaborar una nueva Constitución Apostólica que sustituyese a la “Pastor Bonus” de Juan Pablo II. La “Praedicate Evangelium”, publicada el 19 de marco, festividad de San José, entró en funciones el 5 de junio día en que la Iglesia celebró este año la fiesta de Pentecostés.

Después de la pausa veraniega han empezado a realizarse algunas de las reformas previstas por el nuevo texto constitucional. Han sido fusionados en un solo organismo la Congregación para la Educación y el Consejo para la Cultura; el nuevo dicasterio ha sido confiado al cardenal portugués José Tolentino de Mendonça, hasta ahora Bibliotecario de la Iglesia romana. Su colega el eslovaco -canadiense Michail Czerny ha presentado el nuevo organigrama del Dicasterio al servicio del Humanismo Humano Integral.

Por ahora son cambios menores, el más importante y esperado es la unión de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos cuyo prefecto es el cardenal filipino Tagle con el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización presidido por Monseñor Fisichella. El nuevo organismo naciente será el más importante de la Curia por encima de la Congregación para la Doctrina de la Fe que hoy rige el español Cardenal Ladaria al que el Santo Padre relevará pronto de su cargo por haber cumplido ya 78 años. Meses antes el ex Santo Oficio fue ya reformado en su estructura para combatir mejor la plaga de los abusos sexuales en la Iglesia.

Otros cambios y relevos no tardarán pero, como ha repetido el Papa, más que el de las instituciones es decisivo el cambio de mentalidad en las personas que las dirigen o trabajan en ellas. Y este sin duda tardará todavía algún tiempo en realizarse.