Frente al aumento de las olas de calor, muchas personas recurren al aire acondicionado como solución inmediata. Sin embargo, diversos estudios advierten sobre sus efectos secundarios, entre ellos, el calentamiento urbano. La diputada de la Asamblea Nacional de Francia, Mathilde Panot lo resumía así: “Usar aires acondicionados puede aumentar hasta dos grados la temperatura en la ciudad”.

Ante esta problemática, el estudio Entreautre propone una alternativa ecológica, funcional y estética: un acondicionador de aire fabricado en terracota mediante impresión 3D, que funciona sin electricidad. Una solución low-tech que aprovecha las propiedades de un material milenario y completamente reciclable.

Inspirado en la naturaleza y sin consumo energético

El funcionamiento del dispositivo se basa en el principio del enfriamiento adiabático: cuando el agua entra en contacto con una superficie porosa como la terracota, se enfría al evaporarse, generando una corriente de aire fresco. Para amplificar este efecto, el equipo de diseño creó una estructura impresa en 3D con forma laberíntica, inspirada en el coral. Esta forma biomimética permite intensificar el enfriamiento y diferencia el producto de otros sistemas similares.

Durante su desarrollo, el estudio detectó las limitaciones de la fabricación artesanal tradicional para lograr la precisión necesaria. Por ello, adquirió una impresora 3D cerámica, diseñada por el neerlandés Olivier Van Herpt. Esta máquina, una de las pocas que existen fuera del propio taller del diseñador, permite reproducir con exactitud los detalles funcionales del sistema.

Diseño responsable con mirada al futuro

Con este proyecto, el estudio Entreautre busca demostrar que es posible enfriar espacios sin gastar energía y sin dañar el medio ambiente. Su propuesta une diseño, tecnología y sostenibilidad, reivindicando a la terracota como un material del futuro.

Más allá de su funcionalidad, este acondicionador sin electricidad evidencia que el diseño responsable puede aportar soluciones reales ante el cambio climático, y que la innovación no siempre requiere alta tecnología ni alto consumo energético.