Hogar
Adiós al polvo negro: el truco para limpiar bien tus persianas y mantenerlas blancas durante mucho tiempo
Dejar que este polvo se acumule es comparable a tener un cenicero oculto en casa
En el hogar existen rincones que solemos pasar por alto. Son lugares que, al no estar siempre a la vista, pasan desapercibidos durante la limpieza. Sin embargo, están ahí y la suciedad se acumula poco a poco hasta que resulta imposible no verla. Esto ocurre con frecuencia en las persianas. Al estar expuestas directamente al exterior, son un imán para el polvo y la contaminación. Además, su limpieza se complica porque carecen de un apoyo externo que facilite el trabajo, lo que hace que muchos las dejen para después, hasta que el problema se vuelve demasiado evidente como para obviarlo.
El problema del polvo negro en las persianas
Una de las principales dificultades que presentan las persianas es la acumulación de un polvo negro muy característico. No se trata únicamente de una cuestión estética, sino también de salud, ya que su origen puede estar en la contaminación ambiental y en los gases de los vehículos. Dejar que este polvo se acumule es comparable a tener un cenicero oculto en casa: aunque no lo veamos directamente, sus partículas se quedan en el aire y terminan afectando el ambiente interior. Por este motivo, la limpieza de las persianas debe convertirse en una tarea habitual y no en algo esporádico.
Beneficios de mantener las persianas limpias
Además de mejorar la apariencia de la casa, limpiar las persianas con regularidad ayuda a conservar en buen estado los materiales, ya sean de madera, PVC o aluminio. También supone un beneficio para la salud, ya que reduce la acumulación de polvo, polen y alérgenos que pueden afectar a personas con problemas respiratorios. Unas persianas limpias hacen que las habitaciones se vean más luminosas y cuidadas, favorecen su correcto funcionamiento y evitan que se atasquen, lo que alarga su vida útil. Incluso desde un punto de vista económico resulta ventajoso, porque una limpieza periódica evita reparaciones o sustituciones costosas.
El truco para limpiar el exterior e interior de las persianas
Cuando llega el momento de la limpieza, lo primero es retirar el polvo superficial, ya sea con una aspiradora o con una manopla de microfibra. A continuación, basta con pasar un paño de algodón humedecido en una mezcla de agua tibia y unas gotas de jabón lavavajillas sobre cada lama. Si alguna mancha resulta más difícil de eliminar, un poco de alcohol isopropílico puede ser de gran ayuda. Lo fundamental es secar bien la superficie para evitar marcas de agua y mantener el brillo.
En el caso del interior de las persianas, el proceso es todavía más sencillo. Conviene bajarlas por completo, eliminar el polvo acumulado y después limpiar cada lama con un paño húmedo. Una vez más, secar es clave para un buen resultado. Cuando se trata de persianas de madera, lo recomendable es utilizar un producto específico para este material, ya que ayudará a mantenerlo nutrido y en perfecto estado durante más tiempo.
Si aplicas estos consejos, el polvo negro dejará de ser un problema y las persianas se mantendrán blancas y limpias durante mucho más tiempo. De esta forma no solo mejorarás la estética de tu casa, sino que también estarás cuidando la salud de quienes viven en ella, creando un ambiente más agradable, limpio y seguro.