Problema de salud pública

Amenaza por las variantes de la viruela del mono

La interacción continua de este virus con el sistema inmunológico humano crea nuevos linajes que hay que abordar

 Una enfermera muestra un vial de la vacuna contra la viruela del mono en el centro de Vacunación Regional.
Una enfermera muestra un vial de la vacuna contra la viruela del mono en el centro de Vacunación Regional.Luis MillánAgencia EFE

El cambio climático y la invasión de zonas en las que tradicionalmente solo vivían animales, lo que no les deja más alternativa que acercarse a los humanos, hace que los virus que se transmiten de éstos a nosotros (virus zoonóticos) sean cada vez más frecuentes. Y, si tienen las herramientas para evolucionar rápidamente gracias a un nuevo huésped (ser humano), lo aprovecharán. Ese es el caso de la viruela símica, viruela del mono o MPVX.

Esta enfermedad infecciosa causada por un virus es capaz de provocar una erupción dolorosa, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre. La mayoría de las personas se recuperan totalmente, pero algunas enferman de gravedad. Las fuentes de contagio son numerosas. Basta el contacto con personas o animales infectados y hasta con materiales contaminados. De hecho, comer la carne de algunos animales también puede infectar. Y también compartir ropa de cama, por ejemplo. Por si fuera poco, se transmite al feto en las embarazadas.

El MPXV se descubrió en Dinamarca en 1958 en monos destinados a la investigación y el primer caso registrado en humanos fue en 1970, en la República Democrática del Congo. Se habla del primer caso registrado ya que pudo haber otros previamente puesto que es muy difícil de detectar.

En un primer diagnóstico es similar a otras infecciones como la varicela, el sarampión, las infecciones cutáneas bacterianas, la sarna, el herpes, la sífilis y otras infecciones de transmisión sexual. Esto hace que las pruebas de laboratorio sean fundamentales, pero no siempre se pueden llevar a cabo, lo que aumenta la posibilidad de propagación.

Hasta la fecha solo hubo una emergencia de peso vinculada a esta infección. En 2022-2023 la Organización Mundial de la Salud declaró un brote mundial que se extendió rápidamente por Europa, América y luego por los restantes continentes. En total se notificaron cerca de 87.000 casos y 112 muertes en 110 países. Pero esos son los notificados.

Una de las «ventajas» de este virus es que se trata de uno con ADN bicatenario (ADNbc ). Básicamente esto quiere decir que su material genético está compuesto por ADN de doble cadena y no utiliza el ARN para replicarse. En este grupo están los sospechosos habituales: herpes, varicela, viruela y el virus del papiloma. Esta capacidad les permite introducirse en todo tipo de organismos, desde animales hasta protistas, hongos, bacterias y arqueas, toda la corte del reino animal. ¡Ah! También puede forzar a la célula a reproducirse de forma crónica… lo mismo que hace el cáncer.

Con todos estos antecedentes, es lógico que los científicos estén centrados en las alertas del MPXV. Y la última de ellas es un análisis que demuestra que este virus está evolucionando rápidamente en varios linajes. Y estos se caracterizan por mutaciones resultantes de la interacción continua con el sistema inmunológico humano… Lo que sugiere que el virus ha estado circulando en humanos desde 2016.

«Estas observaciones de transmisión sostenida de MPXV presentan un cambio fundamental en el paradigma percibido de la epidemiología de este virus como una zoonosis y resaltan la necesidad de revisar los mensajes de salud pública en torno al MPXV, así como la gestión y el control de los brotes», escriben los autores del estudio, publicado en «Science» y liderado por Áine O’Toole, de la Universidad de Edimburgo.

La base del problema es que el MPXV se describió como una enfermedad zoonótica endémica de África occidental y central que se transmite por contacto con roedores. Los primeros casos humanos se han asociado predominantemente con bebés y niños. Eso ha provocado, señala el equipo de O’Toole, que la mayoría de los casos hayan sido tratados en gran medida como eventos indirectos y con poca incidencia en la población.

Sin embargo, la epidemia de 2022 demostró que también se encuentra en países que no se suponían endémicos, como la mayoría de Europa o el continente americano. Esto indica que ya no se trata únicamente de una infección zoonótica. El equipo de O’Toole ha realizado comparaciones de las secuencias del genoma del MPXV de 2018 y las del que provocó la epidemia de 2022. Los resultados muestran una tasa de mutación mucho mayor de lo que se esperaría para los virus de ADN bicatenario. La mayoría de las mutaciones fueron cambios de dinucleótidos característicos de la actividad de una enzima antiviral en el sistema inmunológico humano llamada APOBEC3, que indica una transmisión sostenida del virus de persona a persona en lugar de un derrame zoonótico repetido. Básicamente las migajas de pan que ha dejado esta enfermedad en humanos ya no señala a los animales como fuentes de transmisión y nos apunta a nosotros.

Para descubrir esto, el equipo de O’Toole desarrolló un método de relojería molecular para evaluar la evolución de MPXV y son estos datos los que confirman que el virus lleva más de 7 años circulando en los humanos. ¿Cómo se llega a esta conclusión? La tasa de mutaciones en humanos es lo que lo indica: cuanta más relación tiene con nuestras células, más se «impregna» de ellas y esto permite retroceder en el tiempo.

«Aunque el linaje B.1 (uno de los que más rápido ha evolucionado) en todo el mundo ahora está disminuyendo, todavía no ha sido erradicado y la epidemia humana de la que surgió continúa sin disminuir. La vigilancia debe ser global si se quiere eliminar el MPXV de la población humana y evitar que vuelva a emerger», concluye Áine O’Toole.