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Obra social

Un año después, la dana sigue poniendo a prueba el bienestar de la infancia

Fundación La Caixa incrementa en un millón de euros la dotación de la Convocatoria de Proyectos Sociales para apoyar 27 proyectos adicionales

Mónica San Julián, técnica de Save the Children, junto a Inma, una madre de una familia afectada por la dana La Caixa

El 29 de octubre de 2024, un fuerte temporal azotó Valencia, dejando 229 muertos a su paso e innumerables daños materiales. Centenares de personas vieron sus viviendas arrasadas por el agua, así como sus negocios, las calles y edificios públicos quedaron cubiertos de lodo y muchos perdieron sus vehículos y pertenencias.

En definitiva, a unos minutos de auténtica pesadilla, en los que el agua se llevó todo por delante, les sucedieron días de extrema angustia, ansiedad y estrés por lo vivido y por la necesidad de recuperar la normalidad.

Y todo ello impactó de forma significativa a la población infantil, niños y niñas que, en muchos casos, quedaron en situación de gran vulnerabilidad. En este contexto, Fundación La Caixa, a través de su programa CaixaProinfancia, ha colaborado desde el primer día en la atención de las necesidades emocionales, materiales y educativas.

Inicialmente, el objetivo fue cubrir las necesidades más urgentes de la población, pero tras aquellos primeros días de emergencia, la labor de protección y atención a la infancia se mantuvo y, de hecho, se ha prolongado hasta el día de hoy.

La prioridad es «seguir haciendo un buen trabajo para que las vidas de las familias que ha impactado la dana vuelvan, al menos, al sitio donde estaban antes», señala Rodrigo Hernández, director de Save the Children en la Comunidad Valenciana, entidad colaboradora de CaixaProinfancia con la que se ha coordinado la respuesta al temporal.

Así pues, en un primer momento, cuando los colegios estaban cerrados, las calles permanecían cubiertas de barro y no era seguro salir por, entre otras cosas, la falta de iluminación, se puso el foco en la creación de espacios seguros, donde esos niños se sintieran a salvo, las entidades pudieran hacerles un seguimiento y abordar su problemas y las familias tuvieran la tranquilidad de que sus hijos estaban seguros.

Cuando los centros educativos pudieron reabrir, esos espacios se trasladaron a los colegios para favorecer que las entidades mantuvieran ese acompañamiento a los niños con el fin de garantizar su bienestar.

Durante esa primera intervención tras la catástrofe, en el marco de Caixa Proinfancia también se proporcionó ayuda a las familias para cubrir necesidades básicas como la alimentación, pagar la luz o el alquiler o comprar mantas.

En este sentido, Fundación La Caixa puso en marcha un plan extraordinario de ayuda, a través del cual destinó 5 millones de euros a apoyar a las personas afectadas por el temporal y lo hizo en dos fases, una de emergencia, en la que se atendieron las necesidades más urgentes, y la otra de recuperación para proporcionar acompañamiento a las familias a largo plazo, haciendo hincapié en la inclusión social, la salud y la atención a la infancia.

Atención continuada

Y es que, como destaca Rodrigo Hernández, «una emergencia no se acaba cuando las calles están limpias». En este sentido, el director de Save the Children recuerda que, tras la dana, «cada familia ha bajado un escalón». «Los que estaban bien han perdido cosas, los que estaban regular están mal y los que estaban mal están muy mal».

En esta línea, en el último año, el programa CaixaProinfancia ha atendido a unas 200 familias en los municipios más afectados por el temporal y, con el apoyo de otras ocho entidades sociales, se han creado dos nuevas redes del programa en Horta Sur y se ha reforzado la del barrio de La Torre.

A día de hoy, ese apoyo pone especial énfasis en la promoción de la salud mental en la infancia afectada, entre la que se observan síntomas de estrés y trauma, y en la educación de este colectivo, ámbito en el que se trabaja para «recuperar el tiempo perdido para que puedan equipararse con el resto de niños no afectados por el temporal», comenta Hernández.

Con el fin de alcanzar este último objetivo, en el marco de CaixaProinfancia, las entidades prestan un servicio de refuerzo educativo, así como ayudas para comprar material escolar o inscribir a los niños a campamentos socioeducativos en verano.

Y pese a que en un año la situación ha mejorado, «aún queda mucho por hacer», tal y como advierte el responsable de Save the Children, y consciente de ello, Fundación La Caixa ha incrementado en un millón de euros la dotación de la Convocatoria de Proyectos Sociales de la Comunidad Valencia 2025, lo que permitirá apoyar 27 proyectos adicionales de entidades que trabajan en las zonas damnificadas.