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Virales

¿Te atreverías a cenar en el "peor restaurante" de España? Esto opinaron dos influencers tras probar su comida: "Sabe raro..."

Cenando con Pablo y Champimuros visitaron la taberna de A Coruña que lidera las críticas negativas con solo 1,5 sobre 5 en Google

“Con que no esté podrido ya veo algo positivo” La Razón

Los influencers Cenando con Pablo y Champimuros se acercaron hasta A Coruña para sentarse en el que muchos consideran el peor restaurante de España. El establecimiento acumula más de 500 reseñas negativas y una puntuación de 1,5 sobre 5, lo que ha convertido su visita en un reto viral. Para intentar borrar la mala fama, los propietarios han rebautizado el local en Google como “Coca cola no pepsi”, una estrategia que ha despertado aún más curiosidad entre los creadores de contenido.

Antes de probar la comida, ambos advertían que “lo ponen a caer de un burro” y que “la pinta a priori parece bastante…”, un comentario que dejaba abierta la incertidumbre sobre lo que encontrarían. Sin embargo, el veredicto final no fue tan demoledor como esperaban. De entrada, compartieron unas rabas con patatas que calificaron de “insípidas” pero comestibles, un punto neutro que ya les hizo sospechar que quizá el lugar no era tan catastrófico como las críticas prometían.

El pulpo a la gallega llegó algo blando, aunque Champimuros matizó que “con que no esté podrido ya veo algo positivo”. Las croquetas, según sus palabras, sabían a congelado y carecían de sabor, mientras que la tortilla “no era la peor pinta de tortilla de mi vida” y presentaba un sabor que Pablo definió como “raro, no malo, pero raro”. Ni el agrio de la carne ni la falta de sabor de los acompañamientos llegaron a considerarse motivos para devolver los platos, lo que reforzó la sensación de estar ante un restaurante “muy estándar” y no ante un desastre absoluto.

Croquetas congeladas y tortilla “rara”

Cuando llegó la cuenta, el importe total rondó los 80 euros, una cifra que ambos consideraron elevada para la calidad ofrecida. Antes de marcharse, compartieron sus sospechas: “No hemos comido mal, pero yo no me fío. Me voy ni bien ni mal. Sospechoso un poco que nos vieran, que tardara tanto la comida, que dijeran esto es para youtubers, no os llevéis esto”. El temor a que todo estuviera preparado para la grabación les dejó con la incertidumbre de si realmente probaron la experiencia habitual del local o una versión maquillada para salvar la reputación.