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Cómo limpiar las cadenas de oro: el sencillo truco para que queden como nuevas

Con ingredientes que todos tenemos en casa, es posible devolverle el brillo original a tus cadenas de oro sin gastar dinero ni acudir al joyero

Cómo limpiar las cadenas de oro: el sencillo truco para que queden como nuevas Freepik

El oro es un clásico eterno: nunca pasa de moda y conserva un valor emocional y económico muy especial, además de que, como se ha hecho popular en redes, "está en máximos históricos". Las cadenas de este metal precioso no sólo son un complemento elegante, también son testigos de momentos personales, regalos significativos o incluso reliquias familiares. Sin embargo, su uso diario hace que acumulen grasa, sudor, restos de cremas y polvo, lo que apaga su brillo natural. ¿La buena noticia? Puedes dejarlas como nuevas con un método casero, rápido y seguro.

El truco sencillo y barato para limpiar tus joyas y cadenas de oro

Una de las técnicas más recomendadas por joyeros y expertos en el cuidado de metales preciosos es tan simple como eficaz: usar agua tibia y un detergente suave. Este método es ideal para el oro amarillo, por su resistencia y tolerancia a la limpieza frecuente.

¿Cómo hacerlo paso a paso?

  • 1. Prepara una solución jabonosa: Llena un bol con agua tibia (no caliente, para evitar dañar los acabados o piedras si las hay) y añade unas gotas de lavavajillas líquido, preferentemente sin aromas fuertes ni componentes agresivos.
  • 2. Remoja la cadena: Introduce la joya en la mezcla y déjala reposar durante 15 a 20 minutos. Este paso ayuda a desprender restos de grasa, polvo y suciedad acumulada.
  • 3. Cepilla con cuidado: Saca la cadena y frótala con un cepillo de dientes de cerdas suaves. Presta atención a los eslabones y zonas más pequeñas, donde suele quedarse la suciedad. Hazlo con suavidad para evitar rayar la superficie.
  • 4. Aclarado y secado: Enjuaga bien con agua caliente para eliminar cualquier residuo de jabón y sécala con un paño de algodón o microfibra. Evita dejarla secar al aire, ya que eso puede provocar marcas de agua.

Alternativas para otros tipos de oro

Aunque el método anterior es ideal para el oro amarillo, otras variantes como el oro blanco o el oro rosa requieren cuidados específicos debido a sus tratamientos superficiales y aleaciones particulares.

  • Oro blanco: Se recomienda usar una mezcla de media taza de vinagre blanco con dos cucharadas de bicarbonato de sodio. Deja la cadena sumergida en esa solución durante unas horas y luego enjuágala con agua tibia. Este método ayuda a restaurar el brillo sin dañar el rodio, una capa común en el oro blanco que se desgasta con el tiempo.
  • Oro rosa: Dado que su tono rosado se debe a una aleación con cobre, es más delicado. Puedes usar una pequeña cantidad de pasta de dientes (sin microgránulos) sobre un paño húmedo, frotar con suavidad y aclarar bien. Este truco funciona para eliminar suciedad leve sin comprometer el color.

Cuidados adicionales para conservar el brillo

Limpiar no es el único paso importante: la forma en que guardas y usas tus joyas también influye en su estado a lo largo del tiempo.

  • Evita la humedad: Guarda las cadenas en un lugar seco y fresco. La exposición constante al vapor del baño, por ejemplo, acelera el deterioro.
  • Almacenamiento individual: Lo ideal es usar bolsitas de tela suaves o estuches separados para evitar que se rayen entre ellas o se enreden.
  • Quita las joyas en ciertas situaciones: Evita llevarlas en la piscina, al ducharte o al aplicar perfume o cremas. El cloro, los productos químicos y los aceites corporales pueden afectar el acabado del oro.

Con estos sencillos cuidados caseros y algo de constancia, tus cadenas de oro pueden recuperar ese brillo característico que las hace tan especiales. No necesitas productos caros ni visitas frecuentes a la joyería: tan solo un poco de dedicación y algunos elementos que seguramente ya tienes en casa. Así, tus joyas no solo conservarán su valor, sino también la historia y los recuerdos que llevan consigo.