Chefs

Los cocineros no se meten en harina

La cocina también llega a los más pequeños con «Masterchef Junior»
La cocina también llega a los más pequeños con «Masterchef Junior»larazon

Los programas gastronómicos no sirven de inspiración para la ficción

El éxito que los fogones tienen en la televisión es algo que no vio venir ni Elena Santonja, cuando, a mediados de los 80, se convirtió en una referencia televisiva gastronómica obligada con el programa «Con las manos en la masa» –emitido por TVE de 1984 a 1991–, donde se combinaban recetas con entrevistas a las personalidades más importantes de la época. Una década después llegó Karlos Arguiñano para ponerle perejil a nuestros platos y acercar los secretos de cocina a todos los públicos, y ya en el siglo XXI, la televisión encontró en la gastronomía un estupendo filón desde el que explotar la siempre controvertida telerrealidad. Para alegría de aquellos que apostaron por ella, los programas de televisión que combinan gastronomía y realidad son un éxito. Y así desde «El Chef del Mar», a los hermanos Torres con «Torres en la cocina», pasando por el tradicional y aún presente Arguiñano. Lo que fue complicado es que se instalasen en el «prime time» para no abandonarlo. Atresmedia fue la pionera al estrenar en laSexta la morbosa «Pesadilla en la cocina», un formato que en las próximas semanas estrenará su quinta temporada. Después llegaron «MasterChef» y «Top Chef», a los que se unen los chiquillos cocineros de «MasterChef Junior». Esta mezcla deja patente que la cocina y la televisión son dos entornos que se complementan y funcionan a la perfección. Pero sólo desde los formatos de «talent show» o los «realities».

Aunque la ficción televisiva es dada a embarcarse en modas, resulta llamativo ver cómo mientras los programas de cocina en todas sus variedades, continúan siendo un éxito, la presencia en la ficción de cocineros y otros profesionales de la industria culinaria es casi circunstancial. Además de la comentada Janette Desautel en «Treme», otra de las chefs de ficción más conocidas fue Mónica Geller en «Friends». Y poco más, dado que el servicio de «Downton Abbey» cumple su cometido sin más relevancia. En el cine, el último en probar suerte en una profesión tan difícil y sacrificada como ésta ha sido Bradley Cooper en «Burnt», siguendo la estela de estrellas como Meryl Streep con «Julie&Julia», o la propia Sofía Vergara en «Chef». Sólo queda esperar para saber si era cuestión de tiempo, o si a la pequeña pantalla le llega con la ración de gastronomía que aporta la telerrealidad.