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País Vasco

Condenado a 25 años el asesino en serie de homosexuales en Bilbao por su primer crimen

A esta persona se le atribuyen otros cuatro crímenes cometidos contra hombres a los que conocía en aplicaciones de citas

Juicio contra el presunto asesino de varios hombres en Bilbao Miguel ToñaEFE

El varón declarado culpable por un jurado popular de asesinar a un hombre el 17 de octubre de 2021 en Bilbao, a quien se le atribuyen además varios crímenes en serie sobre homosexuales que conocía en aplicaciones de citas, ha sido condenado a un total de 25 años y medio de prisión.

La Audiencia de Vizcaya concluyó el pasado lunes 21 de mayo la cuarta sesión del juicio contra este joven colombiano que ya fue condenado en otra causa a diez años de prisión por intento de homicidio. También fue condenado a dos años y tres meses por un delito de estafa continuada tras vaciar las cuentas de otra víctima.

En la sentencia dada a conocer este miércoles por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), el magistrado-presidente ha impuesto al acusado 23 años de cárcel por un delito de asesinato doblemente cualificado con alevosía y ejecución del hecho para facilitar la comisión de otro delito, en concurso medial con un delito de robo con violencia en casa habitada. Además, se suman 2 años y 6 meses Ha fijado además una pena de 2 años y 6 meses por un delito continuado de estafa con la agravante de reincidencia.

Similitudes en todos los casos

El condenado está relacionado con al menos cinco muertes y dos intentos de homicidio ocurridos en fechas cercanas y con un mismo perfil de víctimas: hombres homosexuales, de entre 43 y 73 años y que vivían solos.

En todos los casos los cadáveres aparecieron en posturas similares, sin la puerta exterior de la vivienda forzada, y eran residentes en un radio cercano. Además, eran usuarios de apps de contacto. "La orientación sexual suponía una característica fundamental; era un nicho de mercado", según los agentes encargados del caso.

Las cuentas bancarias de todos los fallecidos tuvieron movimientos tras su muerte. En varios casos, tenían memorizado en sus teléfonos el número de teléfono del supuesto agresor.