Mascotas
Consejos infalibles para ayudar a tu perro a superar el miedo al agua
Si enseñamos a un cachorro a disfrutar (o por lo menos tolerar) el agua desde joven, podremos compartir muchos momentos juntos
A muchos perros no les gusta el agua. De hecho, es bastante normal que sientan miedo e -incluso- pánico cuando están cerca de una piscina. Y la verdad es que es bastante lógico que se sientan de esta forma… probablemente es así cómo deberíamos sentirnos todos los animales terrestres. Sin embargo, la natación puede ser una excelente forma de hacer ejercicio para los perros, sobre todo si son mayores y tienen
Si un perro es mayor y le tiene miedo al agua, será bastante difícil hacer que cambie de opinión, porque es una asociación emocional que ya estará muy arraigada. No es imposible cambiarlo, pero llevará mucho trabajo. Por eso es importante empezar cuanto antes y ser consistentes. Si un perro cachorro aprende a disfrutar (o al menos a tolerar) el agua cuando todavía es joven, podremos compartir muchos momentos juntos a lo largo de su vida.
Y si se da la situación en la que -por razones médicas- necesita ejercitar sus músculos, mientras mantiene a salvo sus articulaciones, agradeceremos enormemente el habernos tomado el tiempo y la energía en enseñarle a nadar. Por eso es importante aprovechar estos momentos, ya que un can pasa por lo que se llama un período crítico de socialización entre las 5 y las 12 semanas. Básicamente a esa edad un cachorro es una “esponja” y las nuevas experiencias se asimilan fácilmente.
¿Es posible quitarle el miedo al agua?
Si queremos presentar a un perro que se muestra reticente al agua -con independencia de su edad- hay algo que siempre debemos tener presente: el perro debe sentirse en control. Es decir, que podemos “darle un empujoncito”, pero el perro debe sentir que está en su poder salir del agua. Por eso es más sencillo que un perro se sienta cómodo al entrar en el agua en un lago. Esto no sucede únicamente porque no hay tanto movimiento como en el mar, sino también porque no es un salto tan radical como el que tiene que dar al entrar en una piscina.
O sea, que si queremos que se sienta cómodo al entrar al agua, es importante que sepa que puede salir. Para eso, lo que tenemos que hacer es disponer de una salida… ni más ni menos. Esto no será un problema para quien nade un lago, en el mar o en una piscina con escaleras de obra. Sin embargo, sí que se convertirá en un impedimento bastante grande para las personas que pretendan enseñar al perro a nadar en una piscina con escaleras metálicas… y deberán buscar una solución ingeniosa para que pueda salir de la piscina por sí mismo.
Ahora bien, antes de ir a la piscina de los mayores, deberíamos entrar primero en la piscina de los niños. Si tenemos la oportunidad de introducir al animal gradualmente en el agua utilizando una de estas pequeñas piscinas hinchables, deberíamos hacerlo. Lo ideal es tentarlo con un juguete o con una golosina, pero si es necesario, siempre podemos utilizar la correa y caminar junto a él hasta que ambos estemos en el interior en la piscina.
Una vez dentro de la piscina pequeña, trataremos de conseguir que el perro se sienta relajado y que en su cabeza se creen asociaciones positivas con el hecho de estar en el agua. Podemos utilizar caricias, chucherías, juegos o simplemente podemos sentarnos con él hasta que se sienta totalmente relajado. Tampoco es necesario que lo hagamos todo en un día. Si podemos tomárnoslo con calma… mejor que mejor.
Una vez que hemos conseguido que el perro se sienta cómodo en la piscina de los niños o en la orilla, podremos aumentar poco a poco la dificultad del reto. Si su perro se muestra reticente a entrar al agua, pase un tiempo en la orilla o en áreas poco profundas y elogie cada acercamiento. Tómese su tiempo y sea paciente. También puede ser conveniente usar un chaleco salvavidas para ayudar a los más reacios, eso agregará flotabilidad y creará un puente de seguridad mientras prueban sus habilidades en el agua.
Ahora bien, si queremos conseguir buenos resultados, debemos trabajar con otros perros que amen el agua. Los perros son animales de manada… y si varios miembros de la manada observan a un perro dispuesto a ir un poquito más lejos, se sentirán mucho más cómodos con el desafío. Por eso, si tienes algún familiar o algún amigo con un perro que disfrute del agua, invítalo a pasar el día con vosotros, porque ese puede ser el “empujón” que tu perro necesita para animarse a entrar en el agua.
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