Opinión

Sobre el consumo

No es indigno «dar una nueva vida» a lo que iba a terminar en un contenedor

El machismo musulmán, por Marina CASTAÑO
El machismo musulmán, por Marina CASTAÑOlarazon

Nadie puede negar que desde hace ya bastante tiempo la fiebre consumista es un hecho que vemos nada más salir a la calle, con la gente portando bolsas que envuelven los más variados contenidos: ropa, objetos para casa, alimentos y todo lo que se nos pueda pasar por la cabeza. Salir de compras es una pereza para muchos y una obsesión para otros. En este momento del año el cambio de ropa en los armarios es obligatorio; la lluvia y el enfriamiento de las temperaturas nos obliga a echarnos encima algo que nos proteja de ambas cosas y la reacción inmediata es ir de tiendas. Sin embargo, se ha creado una moda, la del reciclado, porque el ahorro se impone y a nadie le vienen mal unos euritos a cambio de esas prendas que ya no usamos y que ocupan un espacio en el armario que molesta y que impide el orden necesario para meter algo nuevo si nos lo podemos permitir. También es cierto que, en ocasiones, nos encontramos en el fondo de un cajón algo que teníamos olvidado y que rescatamos con alegría para darle de nuevo utilidad, si bien no cabe duda que lo que vemos cada temporada en los escaparates como novedad resulta muy atractivo. En ese sentido el invento de las aplicaciones para vender lo que ya no se va a disfrutar es buenísimo; no se trata de un negocio sino de quitarse de en medio algo que en definitiva estorba. Las hay más o menos «lujosas» y lleva su tiempo manejarlas con destreza para que lo que se venda salga de la mejor manera posible y con la calidad que requiere para poder ser utilizado, aunque sea de segunda mano. No es indigno «dar una nueva vida» a lo que iba a terminar en un contenedor, y puesto que vivimos en la era del reciclaje, resulta una forma más de ser ecológico. No me duelen prendas en decir que a veces lo practico y aunque las ganancias son muy exiguas se compensa todo con la tranquilidad del orden y con la idea de deshacerse de lo que ya resulta un estorbo sin que vaya a la basura; pensemos que casi todo es siempre reutilizable.