Polémica
Los contratos sospechosos de Salvador Illa
Sanidad firmó, en 2020, un sinfin de acuerdos irregulares para la compra de todo tipo de materiales sanitarios
Los primeros meses de la pandemia fueron un caos. Sobre todo, durante la adquisición de mascarillas y respiradores para suministrar a los hospitales, desbordados por la situación. Sanidad, a cuyo frente estaba el socialista Salvador Illa en aquel entonces, se vio salpicado por un sinfín de contratos cuanto menos sospechosos y de los cuales este diario fue informando puntualmente.
Adjudicaciones a empresas de dirección desconocida, sin trabajadores o sin especialización sanitaria –algunas localizadas cerca de La Roca del Vallés, pueblo del ministro–, pago de sobreprecios desorbitados... Numerosos contratos irregulares para la compra de todo tipo de materiales fueron suscritos por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), dependiente de Sanidad. En 2021, su responsable, Alfonso Jiménez Palacios, abandonó el cargo.
Una de las muchas operaciones polémicas fue la compra, por 9,922 millones de euros, de una partida de 200 respiradores con la descripción Eternity SH-300 a Tec Pharma Europe, S.L., una empresa ubicada en la localidad granadina de Armilla y regentada por el ciudadano iraní Armin Ghodsian Bazaz.
El precio estipulado por cada uno fue de 49.610 euros, cuando su valor de mercado en el momento de la adjudicación no rebasaba los 20.000 euros, aunque algunas fuentes lo rebajaban a menos de 16.000. Esta empresa, empezó sus operaciones el 31 de enero de 2019 con un capital social de apenas 3.000 euros y entre sus objetos sociales figuran actividades tan variopintas como la fabricación de complementos alimenticios, el comercio al por mayor de ordenadores y equipos periféricos o la intermediación con medicamentos. El sobreprecio estimado de la operación rozó los seis millones de euros.
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