Asturias

El cóctel de la gran ola: mar de viento y de fondo

Temporal en Cantabria, Galicia, Asturias y País Vasco. Un joven de 15 años permanece en paradero desconocido tras ser arrastrado por las olas en Lugo

Aspecto del paseo marítimo de La Coruña donde el temporal ha causado importantes destrozos en el mobiliario urbano y en la balaustrada
Aspecto del paseo marítimo de La Coruña donde el temporal ha causado importantes destrozos en el mobiliario urbano y en la balaustradalarazon

El temporal «Nadja», que azotó ayer la cornisa cantábrica y el litoral atlántico gallego, originó olas de hasta casi 13 metros de altura. Un joven de 15 años permanece en paradero desconocido tras ser arrastrado por las olas en Lugo

El temporal «Nadja», que azotó ayer la cornisa cantábrica y el litoral atlántico gallego, originó olas de hasta casi 13 metros de altura. En concreto, el cabo de Estaca de Bares (La Coruña) registró la ola más alta, con 12,77 metros. Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco, que estaban en alerta roja por riesgo extremo, han visto cómo sus costas han sido arrasadas por el agua, dejando a su paso cuantiosos daños materiales. El temporal se ha cebado especialmente en Galicia, donde al cierre de esta edición continuaba la búsqueda de un joven de 15 años que desapareció tras ser arrastrado por una ola sobre las 18:30 horas de ayer cuando paseaba en bicicleta con un amigo por el paseo del Faro de la playa de Rapadoira, situado en el municipio lucense de Foz. Su propio compañero dio el aviso a las autoridades, por lo que un amplio dispositivo formado por la Policía Local, la Guardia Civil, Protección Civil, los Bomberos, el helicóptero Pesca I y la lancha de rescate de Burela buscan al joven.

Las cuatro comunidades continúan en alerta, aunque lo peor ya ha pasado, según confirmó ayer a LA RAZÓN la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ana Casals, que prevé que la altura de las olas se reduzcan hasta los cinco o seis metros. «La combinación del mar de viento con el mar de fondo ha sido el desencadenante para la formación de las enormes olas», destacó Casals. Asimismo, explicó que el mar de fondo se generó en el oeste de Irlanda y se fue propagando hasta el Cantábrico. Este temporal es uno de los peores que se recuerdan. En el País Vasco, las previsiones meteorológicas anunciaban olas de hasta siete metros de altura, pero el embate del mar ha sido mayor de lo esperado en San Sebastián.

Tres de los cuatro puentes situados a lo largo del cauce del Urumea han perdido varios metros de sus barandillas. Así, el muro de piedra del paseo ha quedado destrozado, por lo que el agua inundó la parte vieja de la ciudad, donde anegó bajos, lonjas, garajes, locales y comercios con casi un metro y medio de agua. Durante la mañana de ayer decenas de las pequeñas embarcaciones situadas en el puerto donostiarra han tenido que ser reflotadas, ya que con el fuerte oleaje se fueron a pique. En Vizcaya, las olas destrozaron varios tramos del muro de hormigón que protege el puerto pesquero y deportivo de Bermeo. Además, una de las partes del espigón, que se vino abajo por la fuerza del mar, dejó desprotegidas varias de las lonjas donde los pescadores guardan sus aparejos.

La virulencia de las olas también se ha dejado notar en Galicia, donde el paseo marítimo de La Coruña ha quedado dañado, principalmente en la zona entre La Cozara y la plaza de Portugal, Veramar y Adormideras. Del mismo modo, en la costa lucense el fuerte oleaje ha provocado numerosos destrozos.

Por su parte, en Cantabria decenas de calles y garajes quedaron anegados, así como diversos parques, vehículos y edificios situados en el litoral de municipios como Santander, Bareyo o San Vicente de la Barquera que fueron dañados. Las olas de casi diez metros registradas, a las que se les ha sumado la pleamar, han arrasado playas como la del Sardinero, en Santander.

En Asturias, las dependencias del Museo del Calamar Gigante han quedado completamente destrozados en sus dos primeras plantas. Asimismo, sus principales localidades costeras –Luanco, Candás, Cudillero, Ribadesella y Luarca– han sufrido innumerables pérdidas materiales.