Ciencias humanas

El último revés a López-Otín

«Nature» le retira un premio de tutoría tras detectar problemas en una serie de documentos.

Carlos López-Otín, biólogo molecular de la Universidad de Oviedo. Foto: Gonzalo Pérez
Carlos López-Otín, biólogo molecular de la Universidad de Oviedo. Foto: Gonzalo Pérezlarazon

«Nature» le retira un premio de tutoría tras detectar problemas en una serie de documentos.

La revista «Nature» anunció ayer la retirada al biólogo molecular de la Universidad de Oviedo Carlos López-Otín del premio concedido en 2017 por sus trabajos de tutoría y mentoría. Tras el anuncio del galardón, cuando surgieron «inquietudes» sobre una serie de documentos de los cuales López-Otín era coautor, después de que aparecieran críticas al respecto en el portal «PubPeer». «Nature» inició entonces una investigación sobre 97 artículos procedentes del laboratorio del profesor entre 2012 y 2019. Los investigadores se encontraron con que 18 artículos contenían problemas con las imágenes, incluidos algunos que ya habían sido identificados en “PubPeer”, y el profesor López-Otin fue el autor correspondiente en nueve de ellas. «Nature Cell Biology» retiró un artículo del que es coautor después de que los autores no pudieran localizar los datos numéricos utilizados para elaborar algunos gráficos. Además, en enero de este año, los fallos detectados en ocho artículos del científico conllevaron también a su retirada por parte de «Journal of Biological Chemistry». Lo que hizo la revista, precisaron a Efe, es «sacar una conclusión sobre cómo estos problemas se reflejan en la tutoría en el laboratorio del profesor López-Otín», ya que los mentores «deben revisar el trabajo realizado bajo supervisión lo suficientemente cuidadoso para garantizar que esté bien hecho y sea preciso».

En cualquier caso, según «Nature», la retirada de esta galardón no pone en tela de juicio la trayectoria desempeñada por el científico español. El problema es que el revés ha venido de «Nature», una de las revistas científicas más importantes. Mariano Barbacid, profesor de Oncología Molecular AXA-CNIO, mostró su apoyo: «Lo mejor que podemos hacer para ayudar a Carlos López-Otin es no hurgar más en la herida. Los artículos mencionados en esta nota de ‘‘Nature’’ son los mismos ya comentados en anteriores noticias sobre este tema; es decir, no hay nada nuevo. Este Award es un premio menor y no debería de afectar a su carrera».

Este periódico intentó ayer contactar con él sin éxito. Quien sí habló fue el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda: «El día anterior hablaba con Carlos y le decía que es una pena que por el incidente ocurrido en unas publicaciones se le retire algo como es el ‘‘mentoring’’, porque Carlos López-Otín lo ha demostrado a lo largo de su carrera: ahí están las cátedras y ahí están los investigadores repartidos por toda España que salieron de su grupo... Tenemos que animarle mucho y creo que entre todos podremos hacer que salga adelante... Yo creo que no atacan a lo fundamental de su investigación y respecto a eso, nosotros siempre vamos a estar ahí y vamos a intentar todos juntos superar esta racha».

La Real Academia de Ciencias también hizo pública su preocupación por esta noticia y afirmó que, tan pronto se inicie oficialmente el curso, recabará y analizará en detalle los últimos datos y argumentos que han conducido a tan graves consecuencias, a fin de adoptar una postura colegiada al respecto».

La eminencia en Biología Molecular pensó en el suicidio en 2017

Nadie puede ni imaginarse por lo que está pasando Carlos López-Otín, Premio Nacional de Investigación. En su ensayo «La vida en cuatro letras», desveló que llegó a pensar en el suicidio tras sentirse «acosado» en el campo laboral. 2017 fue un año muy duro para él. Comenzó a recibir acusaciones de irregularidades en sus investigaciones. A esto se le sumó la muerte de casi 5.000 ratones modificados genéticamente para la investigación de enfermedades sin que se sepa a día de hoy la causa. Sus reveses no oscurecen sus éxitos. Nadie olvida, ni nadie debería hacerlo, que, tras su alabado Proyecto Genoma del Cáncer, este bioquímico estaba ahora inmerso en encontrar una cura a la Progeria de Hutchinson-Gilford, una enfermedad por la que se envejece rápidamente.