Si estás leyendo esto, probablemente te encuentres en la encrucijada de tener que decidir tus regalos de Reyes. Y además, ya vas bastante tarde. No te preocupes, todos hemos estado ahí. Elegir el regalo perfecto puede ser una tarea desafiante…. y hacerlo a última hora y con prisas, puede ser un verdadero calvario ¿Te ha pasado que te esfuerzas mucho eligiendo algo, pero no acaba de encajar con lo que la otra persona quería? A continuación, te damos unas pistas para ayudarte a elegir el regalo perfecto, o al menos, para evitar el equivocado.

El peor error que cometemos al comprar regalos

La clave para elegir un buen regalo está en prestar atención a lo que la persona a la que quieres regalar realmente desea o necesita. Si lo piensas, un regalo es mucho más que un objeto, es un genuino intento de cuidar y hacer feliz a otra persona, así como mostrarle cuánto te importa y valorar las experiencias que compartes con ella. Eso es lo que hace un regalo verdaderamente especial.

Pero a veces, sin querer, nos centramos más en lo material y nos olvidamos de que lo verdaderamente valioso de un regalo son los sentimientos que transmite. Otro error común es elegir un regalo simplemente por cumplir, o porque alguien más nos dijo que era una buena idea. Ahora bien, estos errores no son nada comparados con el mayor error que se puede cometer a la hora de elegir un regalo, que es el no pensar en quien regalamos, sino en nosotros.

Los regalos representan los sentimientos de alguien hacia el destinatario, pero a menudo se dan debido a expectativas culturales o relacionales. Existen ciertas reglas no escritas de reciprocidad y, en ocasiones, también se pueden utilizar para transmitir estatus, identidad y control. Cuando esto ocurre y el ego entra en la ecuación, el resultado nunca es satisfactorio. Así que la próxima vez que vayas a hacer un regalo, olvida las expectativas y céntrate en lo que realmente importa: hacer feliz a la otra persona.

O sea, que para elegir el regalo perfecto, es importante tener en cuenta los intereses y necesidades de la persona a la que se le va a regalar. Es fundamental escuchar y observar a esta persona para conocer sus gustos y preferencias. Además, es importante que el regalo sea algo que la persona realmente pueda usar o disfrutar. Finalmente, es esencial que el regalo sea dado con amor y consideración, no por obligación o por cumplir con una expectativa. Recuerda que el verdadero valor de un regalo no está en el precio, sino en el pensamiento y el cariño que se pone en él.

¿Y si tengo que regalar a un niño?

La tradición de dar regalos es especialmente apreciada para los niños. Esto no es ninguna sorpresa. Conscientes de esto, es natural que en la euforia de la temporada, cedamos a la tentación de comprar montones de juguetes y regalos para los más pequeños. Pero, ¿te has detenido a pensar en el mensaje que esto les envía? Este es el gran error que se comete cuando hacemos regalos a los niños, que es el olvidar impartir responsabilidad y dar a entender el valor real a las posesiones, fomentando actitudes consumistas que le perjudicarán durante toda su vida. Es esencial enseñarles que los regalos son más que solo objetos materiales y que deben ser apreciados y cuidados adecuadamente.. Aquí es donde la famosa "regla de los 4 regalos" puede convertirse en una excelente aliada.

La "regla de los 4 regalos" es una práctica amigable que tiene como objetivo reducir la cantidad de regalos que los niños reciben en Navidad, sino que también enseña a los niños a apreciar cada uno de ellos, comprendiendo el esfuerzo que conlleva seleccionar, comprar y envolver cada regalo. Además, busca asignar un valor educativo a cada obsequio para estimular el desarrollo y el aprendizaje de los niños. Esta regla dice que cada uno de los cuatro regalos que reciba el niño, debería entrar en una de estas cuatro categorías:

• Lo práctico: Este regalo debería ser algo que el niño pueda usar en su vida diaria, como una prenda de ropa que necesite o un accesorio para su actividad favorita.
• Lo necesario: Este regalo debe ser algo que el niño realmente necesite, como un objeto para su rendimiento escolar o extraescolar, o algo que necesite para una actividad específica.
• Lo que se quiere: Este regalo debe ser algo que el niño desee, siempre y cuando sea adecuado para su edad. Es recomendable que el niño haga una lista de opciones y que el adulto elija la más adecuada.
• Lo que educa: Este regalo debe contribuir al desarrollo educativo del niño. Puede ser un libro que le interese o una experiencia educativa para compartir en familia.

Como puedes ver, el mayor error que podemos cometer al elegir un regalo es dejar de pensar en la otra persona y en sus intereses. En el caso de los niños, hacerlos felices no es nuestra única obligación. De hecho, nuestra responsabilidad como adultos debe ser siempre priorizar la formación de su carácter. Y eso no se puede lograr consintiéndoles sin control.