
Visita papal
El estreno mundial de León XIV: un grito contra los «extremos» en Turquía
El Pontífice agustino ha iniciado su primera peregrinación internacional en Ankara, donde alertó de una «homogeneización» religiosa ante el presidente Erdogan

Pistoletazo de salida de la agenda internacional de León XIV. Seis meses después de su elección como Papa, este jueves ha abierto su primer viaje fuera de Italia con un doble destino: Turquía y Líbano, y el próximo 2 de diciembre regresará al Vaticano. Robert Prevost se convirtió este jueves, en cualquier caso, en el quinto Papa en pisar Turquía: Pablo VI en 1967, Juan Pablo II en 1979, Benedicto XVI en 2006 y Francisco en 2014. A priori, los 1.700 años del Concilio de Nicea, donde se formuló la oración del credo que profesan todos los cristianos del planeta, no solo los católicos, es el motor de esta cita que le llevará este viernes hasta Iznik, donde celebrará un encuentro ecuménico que compartirá lo mismo con pastores ortodoxos que con protestantes y anglicanos.
Pero antes de llegar a su primer destino pastoral, el Papa norteamericano desembarcó en Ankara, donde visitó el mausoleo del fundador de la república, Mustafa Kemal Atatürk. Tras colocar una corona de flores ante el catafalco, firmó en el libro de visitas en el que deseó «abundancia de paz y prosperidad» para la población.
Desde allí se dirigió al palacio presidencial, donde fue recibido con una ceremonia propia de jefe de Estado por el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan. Tras los protocolarios saludos, el Papa mantuvo un encuentro con las autoridades políticas, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en la Biblioteca Nacional del palacio.
Fue ahí, y ante Erdogan, cuando el Pontífice agustino lanzó alegato en favor de una paz global frente a la espiral de conflictos que asolan el mundo, echando mano de esa «tercera guerra mundial a pedazos» que describía su predecesor Francisco. León XIV denunció las actuales «las estrategias de poder económico y militar». «¡No hay que ceder en modo alguno a esta deriva!», clamó el líder católico, que hizo un llamamiento a que «más personas que favorezcan el diálogo y lo practiquen con firme voluntad y paciente tenacidad». Así, ofreció todos los recursos disponibles de la Santa Sede para favorecer esta vía, «con su única fuerza que es la espiritual y moral», en tanto que «desea cooperar con todas las naciones que se preocupan por el desarrollo integral de cada hombre y de todos los hombres y las mujeres».
«Está en juego el futuro de la humanidad», llegó a asegurar, sabedor de que «las energías y los recursos absorbidos por esta dinámica destructiva se sustraen a los verdaderos retos que la familia humana debería afrontar unida, es decir, la paz, la lucha contra el hambre y la miseria, la salud, la educación y la salvaguarda de la creación».
León XIV apuntó con valentía, en clave interna, el riesgo de una islamización de Turquía, al dejar caer que «su homogeneización representaría un empobrecimiento». «De hecho, una sociedad está viva si es plural: son los puentes entre sus diferentes almas los que la convierten en una sociedad civil», comentó justo después. A partir de ahí, remarcó que «hoy, las comunidades humanas están cada vez más polarizadas y desgarradas por posiciones extremas que las fragmentan».
En ese punto del discurso reivindicó la libertad religiosa con la mirada puesta en los cristianos, que «son y se sienten parte de la identidad turca». En esta misma línea, comento que «parece lógico que cada uno se ocupe de sí mismo, de su tradición familiar y nacional, manteniéndose dentro del círculo limitado de su propia comunidad».
Sin embargo, matizó que «a la luz del Evangelio y del principio católico, es una lógica falsa». Con estas coordenadas, el Papa subrayó que «todos somos hijos de Dios y esto tiene consecuencias personales, sociales y políticas». Esta demanda llega en un país donde los cristianos no llegan ni al uno por ciento de una población eminentemente musulmana.
Erdogan, como anfitrión, correspondió al discurso papal denunciando el bombardeo israelí de la única parroquia católica en la Franja de Gaza. En su alocución, con León XIV sentado en la primera fila del público, Erdogan aseguró que «nuestra mayor deuda con los palestinos es la justicia», reiterando la necesidad de establecer un Estado palestino.
Tras esta jornada eminentemente institucional, León XVI abandonó Ankara para volar a Estambul y trasladarse a la Nunciatura, su lugar de alojamiento mientras esté en Líbano.
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