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Sanidad

Faltan alergólogos en la mayoría de las autonomías

España enfrenta su peor año de alergias con una ratio de profesionales insuficiente. En Asturias, la Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía hay uno o menos por cada 100.000 habitantes. La OMS recomienda dos

Un sanitario realiza una prueba de alergia a una paciente EP

España atraviesa una de las peores campañas de polinización de los últimos años. En las tres últimas semanas, solo en la Comunidad de Madrid se han registrado concentraciones de gramíneas y olivo que superan en casi diez veces el umbral considerado de riesgo alto, fijado en 50 gramos por metro cúbico de aire. La misma situación se produce en Extremadura donde las concentraciones son muy altas para gramíneas y moderadas para olivo. Los pólenes de gramíneas, presentes en campos de cultivo y praderas, y del olivo, muy extendido en el sur y del centro peninsular, son los principales alérgenos.

Entre los síntomas más comunes que provocan destacan: rinitis alérgica, estornudos frecuentes, lagrimeo, conjuntivitis, tos seca y sensación de ahogo.

La primavera lluviosa en España ha favorecido un crecimiento vigoroso de la vegetación, incluida la de las plantas polinizadoras. Y con la llegada del calor intenso desde que se inició junio, se ha producido una explosión súbita de pólenes.

Normalmente, la temporada de alergia primaveral se extiende de marzo a junio, pero este año ha tenido un inicio más suave gracias a las lluvias persistentes, lo que ha retrasado la concentración de polen. Sin embargo, los expertos advierten de que podría alargarse incluso hasta julio si el tiempo saco se mantiene.

En nuestro país, se estima que alrededor del 30% de la población (8 millones de personas) padece algún tipo de alergia, siendo las alergias respiratorias, especialmente al polen y los ácaros, las más comunes. Sin embargo, la ratio de alergólogos por cada 100.000 habitantes es de 1,4, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 2.

La situación es muy desigual entre las distintas comunidades autónomas. Según datos recientes, Asturias (0,6), Andalucía (0,8), Comunidad Valenciana (1,1); Cantabria (1,2); Aragón (1,3) o Cataluña (1,3) están muy por debajo. Solo lo cumplen Madrid (2,6), Navarra (2), La Rioja (2,2) y Castilla-La Mancha.

El caso más flagrante fue el de Baleares donde, hasta hace poco más de un año, solo había un especialista para 1,1 millones de habitantes. Gracias al trabajo de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), en colaboración con la Sociedad Balear de Alergología, se consiguió solucionar esta anomalía y, actualmente, hay 4 o 5 alergólogos en el Hospital Universitario Son Espases, de Palma de Mallorca.

"Aunque el número de alergólogos se ha incrementado de forma significativa en los últimos años, todavía no estamos en los ideales de ratio por población. Y no solamente de ratio por población sino de accesibilidad. Queda mucho trabajo por hacer", señala Antonio Valero, referente en esta especialidad y expresidente Seaic.

"Un paciente no puede tener a su alergólogo a 200 kilómetros. Los alergólogos y los servicios de alergia tienen que estar tanto en los hospitales de referencia como en los hospitales centrales como en los comarcales", explica este experto, que destaca que una de las consecuencias del déficit es el retraso en el diagnóstico, generado por las largas listas de espera.

"No solo hay cada vez más personas con alergia, sino que el cuadro clínico que presentan es cada vez más complicado. Que los pacientes no puedan ser correctamente atendidos agrava su sintomatología y complica su tratamiento", añade.

Desde las sociedades médicas se está pidiendo a las consejerías de Sanidad de las autonomías que tengan una hoja de ruta para ir incrementando las plazas para poder atender correctamente las necesidades de la población. "Las previsiones son que, en 2030, entre un 40 y un 50% de la población tendrá algún tipo de alergia", señala Valero.

En los últimos años se ha incrementado el número de plazas de formación. Este año se han ofertado 74, y todas han sido adjudicadas. Además, si hace menos una década se formaban dos o tres residentes al año, ahora se forman ocho o nueve. "Esto permite que haya alergólogos suficientes para que, conforme se vayan creando las plazas, puedan ser cubiertas", detalla el experto.

La falta de alergólogos en los hospitales comarcales es un problema en regiones como Cataluña, donde hay provincias con mucha dispersión de población, como Lérida o Gerona.

"Este déficit se puede solucionar de dos formas: o bien creando las plazas en los hospitales comarcales o bien aumentando las vacantes en los hospitales de referencia y enviando alergólogos algunos días a la semana a esos hospitales comarcales para así tener un grupo de trabajo consistente, con protocolos y con una estructura jerarquizada, que es la que al final ofrece calidad", explica.